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El marido de la enfermera que apareció sin vida se defiende: “Yo no la maté”



Silvio Espíndola, el marido de la enfermera encontrada muerta el lunes en su casa de González Catán, se defendió de quienes lo acusan de haber asesinado Elizabeth Julia Di Legge. Antes de ingresar a la fiscalía de San Justo, dijo: “No la maté, se suicidó”.

Federico Medone, el fiscal a cargo de la causa, pidió la detención del viudo de Di Legge y podría acusarlo de ser el responsable de su presunto femicidio.

La situación del marido de la enfermera muerta

Espíndola será indagado por Medone este martes, en calidad de aprehendido, en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios de La Matanza. El fiscal tiene un plazo de 24 horas para convertir la aprehensión del sospechoso en detención.

En las últimas horas se constató que existían antecedentes por violencia de género en la pareja en la Justicia desde 2019, en línea con los testimonios de vecinas y amigas de la enfermera que aseguraban que la víctima sufría un calvario al lado de Espíndola y hasta mostraron capturas de mensajes enviados por ella que daban cuenta de eso.

El resultado preliminar de la autopsia

De acuerdo al primer informe forense, Di Legge murió a raíz de una “depresión respiratoria” y “no presentaba lesiones visibles”.

Además, se reveló que en la escena se secuestraron varias ampollas de distintos analgésicos, ansiolíticos y opioides, como el fentanilo.

Si bien la autopsia preliminar estableció la causa de muerte de la víctima, aún restan los estudios complementarios sobre el pool de vísceras que servirán para conocer si alguna de las sustancias encontradas en esas ampollas también estaban en el cuerpo de la enfermera. De ser así, los investigadores tendrán después que determinar si la mujer se inyectó por sus propios medios o hubo participación de un tercero.

El caso

Elizabeth Julia Di Legge fue encontrada muerta ayer en un galpón de su casa, ubicada en las calles Larre y Conde, en la localidad bonaerense de Gozález Catán. La mujer, que trabajaba como enfermera en el Hospital Churruca, convivía allí con sus tres hijos y su pareja, Silvio Eduardo Espíndola, quien quedó aprehendido tras el hallazgo del cuerpo.

La desaparición de la mujer había sido denunciada el sábado por su propia pareja, que también se desempeña como enfermero en el mismo centro médico de Parque Patricios, y esto derivó este lunes al mediodía en una inspección en la casa con un perro rastreador.

Durante el procedimiento, el animal señaló un galpón ubicado en el fondo del mismo terreno, al cual ingresaron tras romper la puerta. Una vez adentro, los policías encontraron el cuerpo de la enfermera, que tenía colocada una sonda y una aguja de jeringa en su brazo.

  




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