Eliana y Nazareno eran, hasta hace cinco años, una pareja
heterosexual común y corriente. Vivían juntos en Guaymallén, Mendoza,
compartían gastos, el deseo de tener hijos, se debían fidelidad. Tenían
fantasías sexuales, claro, especialmente porque eran una pareja con menos de un
año de relación, pero la de sumar a una tercera persona y hacer un trío en la
vida real no estaba ni en sus planes más osados.
Trabajaban juntos en un call center cuando ingresó una
compañera nueva, Maira Fernández, una chica de 19 años con la que iban a
cambiar los planes de todos. Empezaron una historia juntos aunque con un millón
de idas y vueltas para tratar de hacerla encastrar en el modelo conocido porque
ninguno sabía que, además de los tríos sexuales, existían las “triejas”, es
decir, las parejas formadas por tres personas.
Que estaban juntos lo sabían los padres de todos, las hijas
de él, los amigos, las amigas, el carnicero de la cuadra, pero Eliana, Nazareno
y Maira tenían una vida discreta entre su casa y el local de accesorios para
celulares en el que trabajan juntos. Hasta que un domingo de agosto del año
pasado contaron su historia en el diario Los Andes y causaron un sismo en una
provincia tradicional como Mendoza.
Desde entonces, la historia llegó a medios nacionales y
extranjeros y en sus redes sociales los tres se la pasan contestando un top ten
de preguntas que hoy comparten con Infobae. Desde cómo es el sexo de a tres a
cómo duermen. Desde cómo organizan los quehaceres de la casa hasta qué pasa
cuando se pelean. Desde si planean casarse y tener hijos hasta si estarían
dispuestos a aceptar dinero a cambio de hacer intercambios swingers.
De la pareja a la trieja
“Al principio nos empezamos a juntar con Maira como amigos,
también él empezó a verse a solas con ella”, arranca Eliana Cuchietti, que
ahora tiene 29 años. “Yo no lo tomaba como una infidelidad porque sabía que se
juntaban. Además, en el medio yo también empecé a sentir algo por ella. Me di
cuenta de que me gustaba, que la extrañaba, pero no entendía lo que me pasaba.
Estaba confundida, no lo relacionaba con el amor”.
No sólo nunca antes le había gustado una mujer. Todas las
relaciones amorosas que Eliana conocía se enmarcaban en la llamada “mononorma”,
es decir, la norma tácita que dice que “lo normal” es la monogamia.
Tampoco la joven Maira -“la tercera”- había planificado una
vida así. “Fue surgiendo. Cuando los conocí era hermoso ver el amor que se
tenían, el respeto, cómo se trataban. Y yo pensé: ‘Qué lindo poder tener una
pareja así’”, cuenta a Infobae ella, que ahora tiene 23 años.
Empezaron una amistad de a tres “pero cuando le contaba algo
a él enseguida quería contárselo también a ella”, sigue Maira. “Entonces me di
cuenta de que era algo de los tres. Me sentía incompleta estando de a dos”.
Siguieron intentando encastrar aquello en una amistad pero la tensión sexual se
cortaba con tijera.
Salieron a bailar una noche, “tomamos unos tragos y la cosa
se empezó a poner muy fogosa”, recuerda Maira. “Estaba todo re bien, mano va,
mano viene y cuando llegamos al departamento de ellos como que nos dio
vergüenza y dijimos no, no, no”. Volvieron a acobardarse varias veces hasta que
Maira, invitada a cenar a la casa de la pareja, se atrevió y dio el paso.
“Le dije a Nazareno ‘¿querés vino?’, y no quiso. Le dije a
Eli ‘¿y vos?’. Y como ella me dijo que sí, tomé un poquito y se lo di de mi
boca. Le di ese beso y ahí, sí, chau”, cuenta. Tuvieron su primer trío sexual
pero no pasaron a ser automáticamente una trieja sino que trataron de hacerlo
encajar en el molde de dos, que era el único que conocían.
“Yo estuve un tiempo con la Eli, un tiempo con la Mai.
Estuvimos un tiempo los tres, un tiempo estuvieron ellas dos solas, un tiempo
fuimos solo amigos”, enumera Nazareno Fernández. Eliana, la que fue su primera
pareja, suma: “Costó ponerle un título a lo que vivíamos”.
Lo que sí tenían claro es que no eran una pareja abierta: lo
que pasaba, pasaba entre ellos tres.
La creencia de que en las relaciones no monogámicas no
existen los celos quedó rápidamente en el lugar de mito. Los sintió Eliana cada
vez que veía a su novio abrazar a su nueva novia. Los sintió Maira cada vez que
caía en la cuenta de que ellos eran pareja de antes y ya tenían sus códigos. Y
los sintió Nazareno.
“Los celos siempre siguen ahí presentes, te diría”, agrega
él. Es que mientras muchos les decían que eso parecía un harén -un hombre
rodeado de mujeres a su servicio-, o le decían “genio” por llevar a la práctica
la madre de las fantasías de los hombres heterosexuales, él lidiaba con sus
propios fantasmas:
“A veces también me cuesta también entender que ellas son
pareja”, cuenta. Él mismo se preguntaba si sería cierto aquello de que, cuando
dos mujeres se enamoran, el hombre sobra.
A medida que sus entornos se fueron enterando, hubo pulgares
arriba y pulgares abajo. Eliana, que creía que todos iban a pensar que lo que
estaban haciendo no era correcto, tuvo apoyo total de los suyos. Nazareno tiene
tres hijas de tres relaciones anteriores (la mayor tiene 20 años, sólo tres
menos que Maira, la menor de sus novias): “Hablé con ellas y me dijeron ‘si vos
estás bien, todo bien, sos vos el que te las bancás”, se ríe.
Al que más le costó fue al padre de Maira, porque en el
comienzo de la pandemia los tres empezaron a convivir y no quedó otra que
decirle la verdad.
“Le dije ‘¿estás seguro de que querés saber? Y quería,
porque no entendía nada, pensaba que yo salía con un tipo casado. Le dije
‘bueno, tengo una pareja de tres’. Estuvo varios días sin hablarme pero después
entendió que no era un capricho, que tenemos una relación estable. Hoy en día
nos juntamos en familia. De hecho el domingo fue su cumpleaños y nos invitó a
los tres”.
Las preguntas que más les hacen
1. ¿Cómo es el sexo de a a tres?
Es, cuentan, la pregunta básica, la que inevitablemente se
repite. ¿Siempre que quieren tener sexo tienen que estar los tres? “Puede ser
de a dos o dos a tres. Mi punto de vista es que cuando somos dos en la cama
está todo bien pero se extraña al que falta”, dice Nazareno. Eliana suma: “No
hay una regla de que tenemos que estar todos para tener sexo, aunque por lo
general elegimos estar los tres. A veces podemos empezar dos y se suma el
tercero. O quedan esas dos personas nomás”. Dice Maira: “Por ejemplo, yo anoche
me quedé dormida en el sillón, puede que ellos empiecen y pueden que me
despierten o no. No me enojo, porque no hay infidelidad entre nosotros”.
2. ¿Cómo duermen?
Al principio, cuentan, dormían los tres en la cama
matrimonial standard. “Hasta que la mamá de Eli nos dijo que teníamos que
comprarnos una cama más grande, que dormíamos muy apretados”, cuenta Maira. Así
fue que se compraron una cama de 2x2 metros. Eliana duerme de un lado, Maira en
el medio, Nazareno del otro. “Dormimos juntos todas las noches, salvo que
alguno se desvele y se va al sillón para no molestar, como cualquier pareja”.
3. ¿Son una pareja abierta?
“Mucha gente piensa ‘son un trío amoroso, vale todo: son
sexualmente abiertos a sumar más gente”, dice Nazareno. “No lo somos. Si yo hoy
estuviera con otra mujer o con otra persona estaría engañándolas, después
debería mentir o hacerme responsable de la infidelidad y de sus consecuencias,
imagínate a mis dos suegros rompiéndome la cara”. Existe, explica después,
fidelidad también en las relaciones poliamorosas. Se llama “polifidelidad”, lo
que significa que “nosotros nos somos fieles entre nosotros”.
4. ¿Quieren ser swingers?
Como no todo el mundo entiende las diferencias, muchos les
preguntan si son swingers, es decir, si practican el intercambio de parejas. “A
veces es sólo la pregunta por morbo, porque la gente lee ‘trío’ y ya piensa que
todo es sexual. Otras veces las preguntas vienen con ofrecimientos concretos de
intercambiar parejas. Nos hacen muchas propuestas por las redes: parejas,
personas solas, por dinero. Nos preguntan si vendemos imágenes o videos de los
tres. A mí también me escriben muchos hombres para ofrecerme estar sexualmente
con ellos y sus mujeres. Calculo que porque vengo de un trío me invitan a ser
parte de otros”, sigue Nazareno, que se considera heterosexual.
5. ¿Cómo se reparten las tareas de la casa?
Apenas Maira llegó al dúplex en el que conviven “hicimos una
lista de normas de convivencia en donde anotamos quién iba a ser responsable de
cada tarea”, cuenta Eliana. Decidieron, día por día, a quién le tocaba cocinar,
lavar la ropa, los platos, planchar, hacer la cama y pegaron el papel en la
heladera. “Hasta el día de hoy cumplimos siempre. Si uno no lo hace hay un
apoyo del otro, pero hay un responsable”.
“Muchos creen que es un lío la organización pero la verdad
es que es más fácil que en las parejas de dos, porque hay uno más para
repartirse las tareas. Si un día estás muy cansada tenés a dos personas más que
pueden cubrirte”, sigue. Del otro lado del papel anotaron los gastos fijos de
la casa, que se reparten entre los tres en partes iguales. Eliana, a quien
llaman “mamá Eli”, es la administradora oficial de la casa.
6. ¿Qué pasa cuando hay peleas de a tres? ¿Se arma una batalla campal?
“Por lo general no tenemos discusiones de a a tres con tres
puntos de vista diferentes. Entonces la persona que no está dentro del debate
queda neutral escuchando, tipo árbitro. Después se le pregunta ‘¿vos qué
pensás?’, y el otro opina. “Lo que dice ella me parece bien aunque no es la
forma de plantearlo”, por ejemplo. “Tomamos la decisión de estar los tres
juntos y somos conscientes de que es una mochila y la tenemos que llevar y
muchas veces tenés que morderte la lengua y dejar tu orgullo de lado por el
bien de la relación”, advierte él. A diferencia de las parejas de dos, acá a
veces se gana y se pierde por mayoría.
7. ¿Ellas le están cumpliendo la fantasía sexual a él?
Por lo general, cuando el que cuenta la historia es el
hombre, le dicen “capo”, “qué genio, tenés dos novias”. A las mujeres, en
cambio, les preguntan “¿no estás celosa?, ¿no es como ser cornuda consciente?”.
“Muchos, en vez de ver una relación de a tres piensan que
Nazareno tiene dos novias y lo ponen en un lugar machista. La verdad es que no
somos dos mujeres a su servicio, los tres decidimos estar con los tres. No es
que nosotras dos no tenemos nada y lo compartimos a él, nosotras también
estamos de novias”, aclara Maira. Nazareno se corre de ese lugar: “Si yo me voy
a comer un asado y ellas se quedan en casa, cenan, toman vino, hacen el amor,
se acuestan a dormir y yo después vuelvo. No soy el centro de la escena. La
vida real de una pareja de tres no son las fantasías sexuales que tuvimos
todos. Acá hay sentimientos, hay familia. Tenemos responsabilidades, ya pasó a
ser otro otro tipo de compromiso”.
8. ¿Cómo hago para tener una relación poliamorosa?
En su perfil de Instagram @poliamor333 reciben muchos
relatos de personas que les cuentan sus historias de amores fallidos: historias
de quienes querían ser tres y no se animaron por el qué dirán. “Yo lo intenté
pero no seguí por mi familia”, o “salíamos a la calle y nos miraban mal”. “Una
mujer de 85 años nos contó que había tenido un marido y un amante y que le
habría gustado seguir con los dos, porque los quería a los dos, pero bueno, era
amor prohibido en su época”, dice Maira.
Muchos les preguntan cómo hacer con el entorno: cómo
blanquearlo con los hijos o con los padres, por ejemplo. “Nosotros les decimos
que somos una generación bisagra”, cuenta él, que tiene 42 años. “A los más
grandes les cuesta pero a los más chicos, como pasó con mis hijas, no les llama
tanto la atención”.
9. Si es una relación en serio, ¿entonces tendrían hijos?
“Sí, queremos tener hijos”, contesta Maira. “Muchos nos preguntan
‘¿y cómo van a hacer para explicarle a la criatura que tiene dos mamás, un papá
y seis abuelos?’. Creo que la gente siempre quiere poner títulos a las cosas
pero para criar un hijo lo importante es amar, enseñar, respetar, se le
explicará todo en su momento. Si Eli queda embarazada primero obviamente ese
bebé va a ser mi hijo también, hijo de los tres. Yo lo voy a llevar a la
escuela igual, le voy a hacer la comida”.
10. ¿Se van a casar?
“Nos casaríamos pero no es legal, en Argentina no te podes
casar de a tres. Mientras, nos vamos a comprometer y como la idea es romper con
ese paradigma de qué se puede y qué no vamos a festejar de igual manera hasta
que sea legal”, cierra Maira y muestra su hombro, en donde lleva el mismo
tatuaje que su novio y su novia. Una triqueta, un símbolo celta compuesto por
tres ovales entrelazados que simboliza la triple dimensión de todo: lo físico,
mental y espiritual, por ejemplo.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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