Tras el
aviso de un vecino, la Policía rescató a dos hermanas de un verdadero calvario:
L., de 25 años, y J., de 23, llevaban años encerradas en una habitación de su
casa, en el barrio Monseñor Di Pasquo, en el norte de la capital de San Luis.
El
comisario inspector Guillermo Gil informó que ambas chicas tienen un retraso
madurativo y que presentaban un grave cuadro de desnutrición.
La denuncia
fue realizada por un vecino que dio aviso a la Comisaría 2ª este jueves, cuando
se encontró con L., que fue a pedirle comida, según informó El Diario de la
República.
La policía
llegó a la vivienda y pudo constatar a simple vista que sufrían desnutrición,
por ello dieron intervención al Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia N° 1,
a través del procedimiento denominado "comunica situación”, declaró el
comisario inspector Gil.
Informaron
además que, si bien las jovenes viven con su padre, “se notaba que tenían un grave
estado de abandono, ambas tienen algún retraso madurativo y [el padre] las
mantenía encerradas en una habitación de la casa”.
Una
información que encendió alarmas entre el personal policial fue que “algunos
vecinos contaron que hacía nueve años que no las veían” por el barrio.
Además, Gil
dijo que el padre “en ningún momento entendió que la situación era muy grave;
sino que creía que era totalmente normal lo que estaban viviendo”.
El
comisario inspector señaló que le llamó la atención que una de las chicas
“estuviera pidiendo comida y que no quería volver por ningún motivo a su casa”.
Por
intermedio de una prima, los policías supieron de la existencia de la otra
hermana, menor. Al darle intervención al Juzgado, se investigó qué familiar
podía hacerse cargo de la tenencia de L.. Se contactaron entonces con una prima
de las chicas, que colaboró mucho para encontrar una solución y es quien quedó
a cargo de ellas con una custodia provisoria, contó el comisario inspector Gil.
Luego de
constatar que J. estaba en condiciones similares a las de su hermana, las
mujeres fueron revisadas por un médico que constató el grado de desnutrición
crónico que padecían ambas jóvenes.
Luego de
hablar con los padres, los investigadores confirmaron que tienen otros siete
hijos, aunque ninguno estaba en la vivienda al momento de la intervención
policial.
Pudieron
saber además que la madre tampoco vive en esa casa y que ella también tiene una
discapacidad.
La
investigación quedó a cargo de la jueza Natalia Giunta, quien debe resolver la
situación procesal del padre, que por el momento está en libertad.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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