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Un empresario tucumano rompió a golpes el respirador de un hospital


Durante un ataque de furia, en medio de una discusión con los médicos del lugar, un empresario textil de Tucumán rompió uno de los respiradores mecánicos del Hospital Ángel C. Padilla, de esta provincia, hecho por el cual deberá pasar 30 días detenido.

Todo comenzó en la madrugada del viernes pasado cuando el hombre, identificado como Hernán José Díaz, ingresó al sector de emergencias del centro de salud ubicado sobre la calle Juan Bautista Alberdi al 550, en la capital provincial, para ser atendido.

De acuerdo con lo que precisaron los medios locales, poco antes el comerciante textil, de 45 años, había sufrido un accidente al perder el control de su vehículo Renault Clío y chocar contra una columna a unas cuadras de este hospital, al que fue trasladado en ambulancia luego de ser asistido en un primer momento por efectivos policiales.

Mientras los médicos del lugar lo revisaban, por razones que no estaban del todo claras, Díaz empezó a insultarlos y fue entonces cuando inició la discusión que fue escalando hasta que, invadido por la ira, rompió el respirador y luego pateó un monitor.

Ante esta situación, los profesionales del establecimiento llamaron al 911 y a los pocos minutos llegaron hasta el lugar efectivos de la seccional 2ª, quienes detuvieron al empresario y se comunicaron con el titular de la Unidad de Flagrancia III, Carlos Saltor, quien abrió una causa y ordenó que el sospechoso quedara demorado.

Según publicó el diario tucumano Contexto, ese mismo viernes por la tarde se llevó adelante la audiencia correspondiente en la que el acusado se presentó ante el juez Rafael Macoritto, aseguró que destruyó el respirador “de manera accidental” y dio una extraña explicación: “No fue mi intención dañarlo. Estaba en la camilla y como me ‘meaba’ (sic), me levanté y con la sonda que tenía puesta lo tiré”, relató.

El hombre sí reconoció que después de eso se “enojó” y le dio “una patada al monitor”, pero sostuvo que lo hizo porque los médicos del hospital, a los que calificó de “inoperantes”, le “estaban gritando” por lo que había pasado antes.

Por su parte, el fiscal auxiliar Ezequiel Filmann dio otra versión de los hechos al argumentar que cerca de las tres de la mañana, el acusado “repentina y agresivamente comenzó a acusar infundadamente” al personal de la sala de shockroom, donde estaba siendo atendido, “por el faltante de su billetera y el teléfono celular”.

El funcionario explicó que cuando los médicos “intentaban calmarlo, Díaz reaccionó con más violencia, tomando un monitor para arrojarlo al suelo” y, “no conforme con ello, lanzó un golpe de patada hacia un respirador, dañándose totalmente por su impacto con el suelo”.

El mencionado medio reveló que este aparato, que es un insumo fundamental en el marco de la lucha contra el coronavirus, fue valuado en $1,2 millones, razón por la cual Filmann solicitó 30 días de arresto para el empresario por “daños”, que el juez Macoritto concedió.

“La actitud del imputado no merece mayores reparos. Fue totalmente indiferente, sin mostrar siquiera arrepentimiento, desplegando una violencia desmedida contra los elementos utilizados para brindar salud a pacientes críticos. No puedo dejar de resaltar que dañó un respirador artificial en un contexto actual de pandemia, donde este tipo de elementos resultan necesarios e indispensables para salvar vidas. Son escasos los respiradores disponibles en nuestra provincia y desde ahora hay uno menos”.

Agregó el fiscal Carlos Saltor.



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