Algunas
semanas después de la mudanza, Jess Aldridge (24) comenzó a notar que algo raro
pasaba entre su novio y su mamá. Junto a Ryan, de 29 años, se habían ido a
vivir a la casa de sus padres para que los ayudaran con la crianza de su hija
de un año, en el contexto de la pandemia de coronavirus. Las restricciones de
la cuarentena hacían que no fuera tan sencilla la organización y lo mejor era
armar una burbuja en la que la pareja estuviera acompañada por los abuelos de
la niña para que todo fuera un poco más fácil. Pero en realidad las cosas se
terminaron complicando mucho más.
En medio de
todo esto Jess quedó embarazada de su segundo hijo y para cuando llegó el día
del parto los vínculos estaban completamente desvirtuados. Después de dar a luz
a Reuben, el flamante padre, dijo que la relación no daba para más y se marchó
nada menos que con su suegra. Un escándalo que llegó a los titulares de toda la
prensa británica.
"Esta
es la peor traición, una espera que una abuela se enamore del bebé que acaba de
llegar, no del padre", señaló Jess al diario The Sun. Para cuando la joven
fue dada de alta y llegó a casa con su bebé recién nacido ya no estaba ni su
mamá, ni su novio. Ahora debía hacerse cargo de los dos hijos sola y en un
clima de profunda depresión.
"Ella
estaba destinada a ser una abuela para mis dos hijos, que debería ayudarme a
cuidarlos, pero en lugar de eso, está jodiendo con mi novio", añadió la
joven que admitió estar destrozada: "Estoy desconsolada y lo he perdido
todo: mi madre y el padre de mis hijos".
Jess
llevaba tres años de novia con Ryan, un vendedor de repuestos de autos al que
había conocido por internet. Ella renunció a su trabajo como ama de llaves del
hotel Premier Inn en Chipping Norton (Inglaterra) para dedicarse a la crianza de
su primera hija, Georgiana, que nació en septiembre de 2019.
El joven y
su suegra se mudaron a una vivienda ubicada a unos 50 kilómetros y ahora Jess
quedó sola con su padre, Eric, que también está abatido. Es que después de 12
años de relación y cinco hijos, el hombre de 56 años se quedó solo de un día
para el otro. Sin embargo, cuando Jess confrontó a su madre, la reacción de la
mujer no mostró culpas ni arrepentimientos. "Me dijo: 'No podemos
controlar de quién nos enamoramos'".
Cuando la
historia comenzó parecía que la mudanza iba a ser la solución a todos los
problemas de la joven pareja: "Nos fuimos a vivir con mi mamá y mi papá
después de que mamá dijo que nos ayudaría con el cuidado de los niños. Ella
prometió que sería más fácil con el nuevo bebé, pero en realidad fue muy, muy
difícil".
"Estuvimos
encerrados durante meses en la casa hicimos una cuarentena estricta. Fue muy
difícil, especialmente porque Ryan y mamá siempre estaban coqueteando entre
ellos. Me sentía muy incómoda, fue una experiencia horrible", describió
Jess.
Mientras su
embarazo avanzaba y ella se dedicaba a cuidar a la niña de un año, su novio y
su madre vivían otra realidad: "Por lo general, bebían tragos y se reían y
bromeaban en la cocina todas las noches mientras mi papá y yo estábamos en el
sofá viendo la televisión. Una vez, encontré a Ryan tocando el trasero de mi
madre, y él solo dijo que estaba tratando de que ella se apartara de su
camino".
"Tuve
la sensación de que algo estaba pasando durante meses, pero nunca quise creerlo.
Eso fue asqueroso. Ella se paseaba por la casa con estos vestidos cortos y
estaba muy cerca de él en el sofá", relató la joven sobre un contexto que
claramente no era el mejor para una mujer embarazada.
Harta de
esto, les habló sobre lo que sucedía entre ellos: "Una vez los confronté a
ambos y simplemente se hicieron los sorprendidos y dijeron que no era nada.
Siempre insistieron en que no había nada entre ellos, pero yo siempre sospeché
que estaban tramando algo".
El 28 de
enero llegó el día que debería haber sido inolvidable para estos jóvenes
padres. Jess, tuvo que dejar a su hija al cuidado de su hermana Carolena, de 19
años, para ir al hospital Gloucestershire Royal donde se realizó la cesárea.
Reuben nació pero su padre no estuvo allí.
Horas más
tarde, Ryan rompió con Jess por mensaje de texto, alegando que estaba harto de
que ella lo acusara de tener una aventura con su madre. Había visto a Reuben
unos minutos después de su nacimiento y volvió a ver a su hijo al día
siguiente, mientras iba camino a buscar sus pertenencias.
"Ryan
había visto a Reuben solo unos minutos después de que nació y luego diez
minutos al día siguiente, esta vez estaba muy apurado. Después me enteré que mi
madre estaba esperándolo con el auto con todas sus cosas listas en el
estacionamiento".
Jess fue
dada de alta del hospital el 30 de enero y al regresar a casa descubrió que
Ryan y Georgina se habían mudado. Cuando habló con ellos le negaron que algo
estuviera pasando y pasaron otros dos días hasta que finalmente admitieron que
estaban en una relación.
"Mi
mamá me dijo que no puede evitar de quién se enamora y Ryan me dijo lo mismo.
Fue una gran patada en los dientes para mí, ellos lo habían estado planeando
durante todo mi embarazo. Mi padre se lo tomó muy mal. Está devastado. Esto
estuvo sucediendo durante seis meses a nuestras espaldas".
"Ellos
ponían excusas para pasar tiempo juntos y me dejaban sola en casa. Lo que han
hecho es repugnante y vil. ¿Cómo se supone que voy a explicarles a todos que el
padre de los niños y su abuela están en una relación? Algunos de nuestros
amigos vieron su nuevo estado civil en Facebook y se sorprendieron. Pusieron
que 'están en una relación'. He recibido muchos mensajes preguntando qué pasó y
si estoy bien".
"Volví
al departamento en el que vivíamos con Ryan y tuve que pagar una fortuna del
alquiler de todos estos meses. No puedo creer que él nos dejó a mí y a nuestros
hijos y se fue con mi mamá".
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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