En pocos días más, los beneficiarios del sistema previsional y que perciben mensualmente jubilaciones, pensiones y asignaciones cobrarán sus haberes por primera vez con la aplicación de la nueva fórmula de movilidad sancionada por el Congreso a instancias del Poder Ejecutivo y la ANSeS a fines del año pasado.
Pero tal como fue aprobada, la nueva fórmula implicará en marzo una pérdida de poder adquisitivo frente a la galopante inflación.
Para remediar el desequilibrio, el Gobierno evalúa otorgar una suma adicional que refuerce el incremento del 8% que estipula la nueva ley, cuyo índice surge de una polinómica que toma en cuenta el índice de variación salarial del Indec o la progresión de los salarios formales de acuerdo a la medición del Ministerio de Trabajo -lo que resulte más alto- y la variación de la recaudación del organismo previsional.
Pero no así el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que ha sido brutalmente sacudido en diciembre y enero, principalmente por subas en alimentos y bebidas.
La titular de Anses, Fernanda Raverta sostuvo:
"La fórmula de movilidad tiene en cuenta indicadores macroeconómicos, y por lo tanto uno no puede adivinar cuánto va a incidir esta fórmula en otras variables, como la inflación".
Y agregó:
"El compromiso del Ejecutivo nacional es ganarle a la inflación, por lo menos, con aquellos jubilados que cobran menos de un haber y medio".
"Proponemos dar el aumento que se establece por movilidad e instrumentar algún instrumento para paliar la diferencia con la inflación".
De aplicarse un 8,07% de suba por movilidad, la jubilación mínima subiría de $ 19.035 a $ 20.571 a cobrar durante marzo, abril y mayo. Las pensiones no contributivas serían de $ 14.400 y la PUAM de $ 16.457.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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