Durante la madrugada de Año Nuevo tuvo lugar una fiesta clandestina en Ranelagh, partido de Berazategui, con más de 300 personas y que terminó con una batalla campal. Un joven fue apuñalado, mientras que autos y viviendas de la zona sufrieron daños producto de piedrazos y botellazos.
Al desencadenarse los enfrentamientos, una vecina llamó durante horas a la Policía, al 911,a la municipalidad, emergencias, juzgados y a la comisaría 2° de Ranelagh, pero el resultado fue el mismo: nadie fue hasta el lugar a controlar lo que pasaba.
La mujer habló con el periódico El Progreso, aunque pidió preservar su identidad porque vive cerca de los organizadores de la fiesta, y compartió el registro de sus 54 intentos de comunicación con las autoridades.
Todo ocurrió en la madrugada de Año nuevo en la calle 131 entre 43 y 44, en la mencionada localidad, cuando un grupo de jóvenes convocó mediante Facebook e Instagram a una celebración que incluía alcohol y otras sustancias.
Durante las primeras horas del 1°, cientos de personas, en su mayoría jóvenes y menores de edad, comenzaron a llegar al lugar, donde los organizadores cortaron la circulación del tránsito con cintas. Los asistentes debían abonar, a modo de entrada, cien pesos si eran hombres y cincuenta las mujeres.
La “celebración” siguió hasta que se hizo de día y, tal como temían los vecinos, comenzaron las peleas: botellazos, piedrazos y golpes de puño.
“Fue una batalla campal”.
Aseguró una de las vecinas cuya vivienda recibió varios piedrazos.
Cómo consecuencia de los disturbios, además de los daños materiales, un joven de 23 años recibió una puñalada.
“Fue un descontrol total lo que pasó. Cerraron la calle y armaron una fiesta como si fueran los dueños del barrio. Nadie vino a controlar nada”.
Señaló otro vecino.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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