Este
mediodía el pequeño de unos 10 años que fue víctima de la explosión de un petardo
ferroviario fue sometido a un control en el Hospital Municipal; principalmente
por los problemas oftalmológicos que le causó la deflagración del artefacto que
manipuló en su casa de Venezuela al 100.
Autoridades
sanitarias confirmaron que presentaba marcas y quemaduras en la piel que no
revestían gravedad pero sí preocupaba lo que causó en sus ojos y, por eso, el
área de oftalmología controló la evolución de las inflamaciones causadas.
También se
chequeó la posibilidad de que algunos fragmentos hayan ingresado al sistema
ocular para considerar si es necesario algún tipo de cirugía.
El niño fue
ingresado en estado de shock al centro asistencial en donde sólo pedía perdón
por la travesura que lo tuvo como protagonista y le causó heridas.
Según pudo
saber CNM sus pestañas desaparecieron por la explosión aunque los médicos
consideraban que eso era el mal menor.
El petardo
ferroviario, envido en el año 1991 estaba guardado en un vagón abandonado del
predio del ferrocarril al cual el pequeño encontró abierto e ingresó para
hacerse de varias unidades de este elemento al que luego sometió al calor hasta
que explotó.




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