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El drama de una abuela: Pide ver a sus nietos, que están con los padres del asesino de su hija


Perdió a su hija, por el crimen está preso su yerno, pero tampoco ve a sus nietos que están con la familia paterna. Graciela Ríos, mamá de Verónica Soule, de 31 años, lucha para que sus nietos estén con ella.
"Mi hija era un amor, ella amaba sus hijos, vivía por sus hijos. Extraño todo lo de ella, su forma de ser, su sonrisa. Éramos muy compañeras, trabajábamos juntas, hacíamos pastelitos y pizzas para juntar para sus hijitos que les gustaba ir a patín".

Dijo desde Casas, provincia de Santa Fe.

"Nosotros estamos todos destruidos, ahora pedimos la restitución de mis nietos que están con la familia del femicida".

Reclama la abuela de los chicos de 12 y 9 años.

Desde el 26 de junio, Lisandro Cabral, pareja de Verónica, está detenido en la Alcaidía de Sastre. Fue imputado como sospechoso de haberla asesinado prendiéndole fuego con alcohol. El juez, Pablo Ruiz Staiger, definió el caso como homicidio calificado agravado por el vínculo y le impuso prisión preventiva mientras tramita el juicio.

El 17 de marzo, a la una y media de la mañana, el marido de mi hija me golpea la ventana y me dice: 'Mire cómo tengo las manos por salvarle la vida a su hija'. Yo le digo qué hiciste. Salimos mis dos hijas que viven conmigo y yo corriendo hacia la casa que está a 50 metros de la mía. Cuando llegamos ya la habían cambiado, tenía una bombachita seca, una toalla en la espalda, las manos enfrente de la ducha que tenía prendida. Había olor a quemado y cenizas por todos lados.

Un ventilador en dirección a la puerta encendido".

Recordó la mamá que integra el grupo de Familiares Atravesados por el Femicidio.

Y continuó: 

"Él le dice a mi hija cuando entramos 'me creen' y ella le dice 'a mí no me vas a psicopatear'. Entonces dice 'si no me creen, se van de mi casa'. Salí corriendo a buscar a mi pareja para que saque el auto para llevarla al hospital. Cargamos a mi hija y él no nos dejaba avanzar hasta que pudimos salir. Vero nos repetía con miedo 'a Cañada Rosquín no me lleven' (porque la familia de él vive ahí)".
"Mi hija, con el 88% del cuerpo quemado, tras agonizar una semana fallece el 23 de marzo. Ese mismo día pasé por la comisaría a hacer la denuncia y me dicen 'vaya, tranquilícese, después le tomo la denuncia'. Tuvo que ir una amiga y patearles la puerta para que me tomen la denuncia, querían tapar todo"
"A mis nietos, ellos se los llevaron ese mismo día que él prende fuego a mi hija. Ella amaba sus hijos, soportaba todo por ellos".

Dijo Graciela, que hace tres meses no veía a sus nietos y se los dejaron ver sólo una hora.

En ese sentido, contó: 

"Pedimos que lo lleven a una cárcel porque ahí donde está en Sastre tiene todos los privilegios, tiene que pagar por lo que le hizo a mi hija. Y que mi nieta y mi nieto estén con nosotros. Acá si no tenés plata nadie te lleva el apunte. Llamaba por los chicos a Santa Fe y me decían que pertenecía a Rosario. Así me tenían, llamaba a Cañada Rosquín y pedía 'por favor, quiero saber cómo están' y me decían 'ya vamos a hacer una reunión y le vamos a decir' y así me tienen".
Verónica nunca dijo nada. 

"Él la manipulaba, no la dejaba tener contacto con nosotros, no tenía amigas, prácticamente la controlaba todo el tiempo. Si él no estaba lo hacía su familia. Mi hija nunca lo denunció. Ella siempre decía que se golpeaba con alguna cosa".

Recordó Graciela, que exige justicia para su hija y que sus nietos vivan con ella.



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