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Futbolista abrió un almacén y una parrilla para llegar a fin de mes

Paralelamente trabajaba en una parrilla en Del Viso (él vive en José C. Paz). Vaya paradoja; éste laburo que le dio mayores réditos se está transformando en una especie de salvación.

Es que después de la experiencia, pensó que esa sería la gran oportunidad de enfrentar un momento tan duro como el que se presentó a nivel mundial. Por eso no le costó mucho tomar la decisión a tal punto de que hoy se siente de buen ánimo, optimista.

Todo por haber abierto un almacén en su casa y poner una parrilla a unos metros, más precisamente en la esquina. Un doble negocio que atiende él mismo y que lo obliga ir de un lado al otro y estar plenamente activo.

El hombre de mil batallas en el ascenso, nos habló de su presente y de la posibilidad que el número 5 quede en el olvido.



-Por el horario en que salías del entrenamiento, ¿se te hacía difícil cocinar en la parrilla?

-Y sí. Yo era mozo, lavacopas, de todo. Tenía que entrar a las 12 y me quedaba hasta las 17. Y los viernes y sábados estábamos de 12 a 5, cerrábamos y volvíamos a abrir a las 8 hasta las 12 del mediodía.

-Eso te sirvió para abrir tu negocio...

-Como el hombre que me había contratado, tenía problemas, cerró. En realidad, está abierto, pero no para atender adentro. Se maneja por delivery. En lo personal, como tenía un ahorro me puse una casa de bebidas, un almacén. Hago hamburguesas, milanesas, empanadas. Y como me iba más o menos bien, abrí una parrilla en la esquina de mi casa. La tengo viernes, sábado y domingo, desde la mañana a la noche.


-¿Acá sí te largaste a preparar la comida?

Tampoco. Soy ayudante y le pago a un parrillero. No puedo hacer el asado porque tengo que estar en los dos lados. Acá en mi casa y en la parrilla. Voy y vengo. Cuando estoy en la parrilla y veo que hay gente, me mando para casa para atender. Por eso no puedo cocinar.


-¿Hay mucha demanda?

-Si, por suerte va mucha gente. Nos está yendo bien. Los fines de semana trabaja muy bien la parrilla. En los días se semana se mueve bien el otro negocio.


-¿Qué es lo que más compran?

-Sin dudas, la bondiola. A full. Está barata. 150 pesos. En todos lados debe estar 200.

-Vamos al almacén, ¿a cuánto la docena de empanadas?

-Están 370. Las mejores son las de carne, jamón y queso, humita. Bah, todas, jé.
-Y vendés bebidas...

De todo tipo. Alcohólicas, sin alcohol, jugos. Tenemos de todo.
-¿Con quién vivís?

-Con mi abuela, que tiene 73 años. No puede ni salir. Es de riesgo y está metida acá adentro.

-¿Le hacés los mandados?

-Claro, soy el único que está. Tengo padres, pero están separados. Mi viejo vive acá a la vuelta y mi vieja en otro barrio.
-¿Le cobrás la jubilación?

-No, eso lo hace ella. Sale solo una vez al banco. Va con mi primo en remís, viene y se queda acá. Se levanta. Hace las cosas normales, lava los platos. Sino viene la hija, es decir mi tía, y le limpia la casa.


-¿Estás de novio?

-Sí, tengo mi novia que me ayuda. Es un pilar muy importante. No vive conmigo. Está a cuatro cuadras. Trabaja como preceptora.

-¿La piloteás bien?

-Hay días que se vende un poco más, pero se puede estar medianamente bien. Hay que laburar. Estar todo el día en casa y la parrilla. Hay momentos que uno se cansa, especialmente los fines de semana.

-Te preguntaba si podés llegar bien a fin de mes...

-Ponéle, sí. Se llega con lo justo.

-¿Es un negocio recomendable?


-Seguro. Si buscás precio, le sacás ganancia. Lo importante es tenerla en una buena ubicación.


-Y te tenés que hacer los mandados tuyos además...

-Para mi casa, saldré dos veces por día. Estoy expuesto permanentemente, aunque me pongo barbijos, alcohol en gel. Este virus está peligroso.

-¿Te asustan las cifras?

-Sí, pero trato de no mirar. Hoy en día ni se cuántos casos hay. Sé que si prendo la tele me va a hacer mal a la cabeza. No me dan ganas de salir. A lo primero sí estaba muy metido. Pero con el tema de los negocios, tengo que salir a comprar, como así también para mi casa.


-Y además te hacés tu tiempo para pagar los impuestos...

-Olvidáte.

-¿Esto te hace olvidar del fútbol?

-Sí, la verdad que sí. Lo hablaba con mis amigos y la verdad que hoy ni pienso en el fútbol. Por eso no llamo a nadie para preguntar que va a pasar. Como está muy lejano todo esto, más en la D. La mayoría de los jugadores está así, pensando en llegar a fin de mes, y hacer un trabajo o un negocio.


-¿Vos también pensás que podés dejar?

-Si no hay una propuesta buena y me va bien en el negocio, posiblemente deje.


-O sea, es algo que estás pensando pero que no decidiste...

Claro...

 





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