Un hombre, que se encontraba en estado de ebriedad, vio una bicicleta a través de la ventana de una casa, se tentó y la alzó para llevársela.
A los pocos metros una patrulla policial vio el accionar del hombre y encendió sus balizas. Ante la desesperación, el malviviente se subió y comenzó a pedalear desesperado hasta que escuchó la voz de “alto” a sus espaldas de parte de un policía que lo alcanzaba caminando.
Fue atrapado y la fiscalía solo lo imputó por violar la cuarentena.




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