Oroz le pegó, en plena calle, trompadas a su pareja, la insultó y le arrancó mechones de pelo. En otra ocasión le dijo que la prendería fuego si lo denunciaba por violento. También le mandó mensajes intimidatorios por whatsapp incumpliendo una medida judicial que impedía que la contactara.
Todo comenzó en 2017 cuando Oroz se encontraba en situación de calle. Junto a su mujer, en aquel entonces, deambulaba por distintos sitios. En julio de ese año, sobre la avenida buenos Aires la atacó, la insultó y la aplicó una trompada en la cara. Además le arrancó un mechón de pelos y la dejó desmayada luego de aplicarle patadas en la cara.
Ella lo denunció y comenzó un segundo calvario: el de las insistentes amenazas. El condenado le dijo que la prendería fuego si lo denunciaba. También aseguró que iba a apuñalar a al marido de una amiga de la víctima si recurría a ellos para pedir ayuda.
Un mes después el primer ataque comenzó a mandarle mensajes de Whatsapp a la mujer en donde le decía que la iba a prender fuego. Esto ocurrió exactamente cuándo recobró la libertad luego de haber estado 30 días con prisión preventiva por el primer ataque. Así incumplió una orden judicial que impedía que contactara a la víctima.




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