Aún cuando todavía no estaba claro qué sucedió, lo único que se sabía con certeza es que 29 personas resultaron heridas el sábado a la noche por una explosión de gran intensidad en el coqueto barrio de Chelsea, justo cuando sus habitantes y los de los distritos vecinos comenzaban a disfrutar de la vida nocturna. Todas las víctimas ya fueron dadas de alta.
Tanto el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, como el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, dijeron que aún no se podía hablar de una vinculación con organizaciones internacionales consideradas por Estados Unidos como terroristas. Sin embargo, De Blasio advirtió que se trató de un "acto deliberado" y un "incidente muy grave".
Cuomo fue aun más lejos y afirmó: "Todavía no hay evidencias que lo vinculen con el terrorismo internacional, pero una bomba que explota en Nueva York obviamente que es un acto de terrorismo".
En una conferencia de prensa, el gobernador prometió que "van a encontrar" a los responsables y serán juzgados.




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