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Cristina Kirchner y una prisión domiciliaria con más de 70 visitas en 80 días


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La imagen que Cristina Fernández de Kirchner difundió desde su living —rodeada por nueve economistas que fueron a presentarle un plan— no solo volvió a instalarla en el centro de la escena política. También se convirtió en el punto de quiebre para la Justicia, que resolvió restringir el ingreso de visitantes a su departamento de la calle San José 1.111, donde cumple prisión domiciliaria por su condena firme por corrupción.


Como respuesta, la expresidenta eligió exhibirse nuevamente: publicó más imágenes de reuniones numerosas y apeló a su libreto habitual, acusando persecución y responsabilizando a los medios. Pero omitió un dato revelador: en apenas 80 días, su domicilio recibió al menos 77 visitantes.


Ese número surge de un relevamiento basado en redes sociales, comunicados y los propios relatos de quienes aseguraron haber ingresado para conversar con ella. La cifra no contempla familiares, abogados ni asistentes, cuyas visitas tienen autorizaciones permanentes.


Una agenda que rompe cualquier estándar carcelario


El promedio sorprende: casi una visita por día desde septiembre. Una diferencia notable con los primeros meses de su encierro, cuando entre junio y agosto solo se conocieron cinco reuniones con siete invitados.


La primera fue la intendenta Mayra Mendoza, cuya entrada el 19 de junio incluso motivó una advertencia judicial por no respetar el protocolo de autorización. Vendrían después otras presencias de peso político y simbólico.


El 3 de julio, Cristina recibió a Lula da Silva, presidente de Brasil, y a partir de allí la sucesión de visitantes fue constante: Juan Grabois, el expresidente colombiano Ernesto Samper, la ecuatoriana Gabriela Rivadeneira, dirigentes sindicales y delegaciones extranjeras.


San José 1.111: de prisión a búnker político


Con la campaña bonaerense en marcha, el departamento de Cristina se convirtió en una meca para candidatos, intendentes, sindicalistas, referentes culturales y militantes. Solo en septiembre se registraron 34 ingresos, el mes en que el peronismo ganó las legislativas en la Provincia de Buenos Aires.


Por allí pasaron, entre otros:

  • Juliana Di Tullio, senadora nacional.

  • Nancy Pazos, periodista.

  • Los intendentes Mariel Fernández (Moreno) y Gustavo Menéndez (Merlo).

  • El exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey.

  • Los candidatos porteños Lucía Cámpora, Itaí Hagman, Mariano Recalde, Ana Arias, Kelly Olmos y Santiago Roberto.

  • Delegaciones de la UES y FES, agrupaciones estudiantiles.

  • Excombatientes de Malvinas del CECIM.


También hubo visitas que trascendieron la política estricta: Esmeralda Mitre, Dady Brieva, y un encuentro con el escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II.


Octubre: más política, más figuras y más fotos


Camino a las elecciones nacionales, el ritmo no bajó. En octubre ingresaron 26 visitantes más con permiso especial. La visita más resonante —aunque sin foto— fue la del gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien buscó recomponer la unidad interna del peronismo.


Hubo reuniones con:

  • Silvio Rodríguez y su esposa, la flautista Niurka González.

  • Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

  • Los sindicalistas Rodolfo Aguiar (ATE) y Sergio Palazzo (Bancarios).

  • El excura y dirigente Juan Carlos Molina.

  • El periodista Diego Genoud.

  • Los intendentes de Olavarría y Azul junto a sus comitivas de campaña.

  • Y un cierre estridente: el panelista Carlos Maslatón, quien posó con la expresidenta y difundió la fotografía.


El día de las elecciones fue uno de los más concurridos: volvieron Taiana, Recalde, Hagman, Cámpora y Grabois, figura recurrente en la agenda de la exmandataria.


Noviembre: el episodio que desató la reacción judicial

Solo entre el 1 y el 19 de noviembre se registraron 17 nuevos ingresos. El más comentado fue el del grupo de economistas que expuso un plan frente a Cristina:

  • Anastasia Daicich

  • Jorge Carrera

  • Valentina Castro

  • Emiliano Estrada

  • Martín Pollera

  • Mercedes D’Alessandro

  • Juan Pablo Futten

  • Fernando Ausas

  • Pablo Manzanell


Esa foto se convirtió en la gota que colmó el vaso. Para la Justicia, fue la señal de que debía limitar el flujo de visitas, considerando que Cristina cumple prisión domiciliaria, no un mandato político activo.


Antes de ese episodio, ya la habían visitado el gobernador riojano Ricardo Quintela, el diputado Pablo Yedlin, la funcionaria Fernanda Raverta, el cineasta Benjamín Ávila, la activista Andrea Casamento y el periodista Jorge Rial.


Una agenda desbordada que derivó en parodia


La seguidilla de nombres, fotos y reuniones fue tan profusa que derivó en un fenómeno inesperado: usuarios comenzaron a inventar visitas falsas con imágenes generadas por inteligencia artificial. Aparecieron ediciones virales que mostraban a Katy Perry, los hermanos Gallagher o incluso al Indio Solari en San José 1.111. Ninguna verdadera.


El trasfondo judicial


La Justicia debe revisar periódicamente las condiciones de la prisión domiciliaria de Cristina, y el próximo informe estaba previsto para fines de noviembre. La difusión de la foto con los economistas aceleró el proceso.


Para los jueces, la cuestión es clara: una persona en prisión domiciliaria no puede recibir visitantes como si estuviera en funciones políticas, ni convertir su domicilio en un centro operativo permanente.


Mientras tanto, Cristina insiste en mostrarse activa, influyente y rodeada. Pero la estadística es concluyente: en menos de tres meses recibió más visitas que muchos funcionarios en ejercicio.


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