Un violento episodio delictivo tuvo como víctima al fiscal del Fuero de Menores, Walter Martínez Soto, quien fue asaltado junto a su esposa y sus dos hijos en la puerta de su vivienda por dos motochorros armados.
El hecho ocurrió cerca de las 20:40, cuando la familia llegaba a su domicilio. “Generalmente damos una vuelta para ver si hay alguien raro en el barrio, pero ayer fue la excepción. Bajó primero mi esposa con los chicos, yo abría el portón cuando escuché gritos. Pensé que se había escapado el perro, pero vi a mi hijo siendo apuntado con un arma”, relató el fiscal.
Según Martínez Soto, otro delincuente se acercó hacia él y, en medio de la tensión, no quedó claro si buscaban ingresar a la casa o robar el vehículo. “Advertimos que estábamos todos del mismo lado, más o menos protegidos, y les dijimos que se llevaran el auto, que estaba encendido. Así lo hicieron”, explicó.
Minutos después, la policía halló el vehículo abandonado en Chacabuco al 5100, tras el aporte de vecinos que aportaron filmaciones. Los ladrones, que circulaban sin patentes ni cascos, se llevaron dos teléfonos celulares de la esposa del fiscal, uno personal y otro laboral.
Martínez Soto expresó su preocupación por la creciente inseguridad: “La calle está regalada. Esto le puede pasar a cualquiera, en cualquier barrio. Hemos regalado la calle a la delincuencia y al código del delincuente, que cree que está trabajando porque hay alguien que le compra lo que roba”.
Para el fiscal, el problema va más allá del accionar policial o judicial: “Tenemos un conflicto social muy serio. Cada uno debe cumplir su rol, y el más importante es la prevención. No puede ser que el código del delincuente sea más fuerte que el respeto a la ley. No le veo un buen futuro a esto y realmente me preocupa. Es algo que era previsible que iba a pasar y, tarde o temprano, le va a ocurrir a todos”.



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