El “pato Juan” volvió a instalarse en la agenda pública de
Mendoza y ahora el debate llegó al Concejo Deliberante de la Ciudad. Ricardo
García, concejal del Partido Verde, presentó este jueves una propuesta para
conformar una mesa de diálogo urgente con especialistas, proteccionistas y
autoridades, con el objetivo de definir lo más conveniente para el bienestar
del ave.
El caso tomó notoriedad a partir de una denuncia anónima de
un vecino que afirmó que el pato había picoteado a su mascota. Tras una
inspección, la Municipalidad pidió a Margarita Flores, la florista que lo
cuidaba desde hacía siete meses en su puesto de San Martín y Garibaldi, que lo
trasladara. Desde entonces, el animal vive en la casa de su dueña en Bermejo,
Guaymallén.
Para García, la situación ya no se reduce a un expediente
municipal, sino que implica considerar los derechos de un “ser sintiente” que,
a su entender, está padeciendo las consecuencias de una decisión precipitada.
“Integraba una familia interespecie y ahora padece estrés, deficiencias
alimentarias, irritabilidad y aislamiento. Pedimos sentido común, diálogo y una
respuesta centrada en el bienestar animal”, remarcó.
El edil subrayó que el pato creció rodeado de afecto humano,
sin contacto con otros ejemplares de su especie, y que su presencia en el
centro tenía un valor cultural y afectivo para vecinos y turistas. Como
ejemplo, mencionó el libro de apoyo que ya reunió más de 8.000 firmas
solicitando su regreso. “No es dañino ni agresivo. La gente lo quiere y su
ausencia ha generado una reacción espontánea”, insistió.
Sin embargo, reconoció que también existen voces contrarias.
Quienes se oponen a su regreso sostienen que mantenerlo en la vía pública
responde más a un atractivo urbano que a un verdadero cuidado del animal.
Argumentan que en pleno verano estaría expuesto a sufrimiento por la falta de
un lugar adecuado para refrescarse, como un estanque o laguna, y que no basta
con un recipiente pequeño de agua.
En este contexto, García propuso convocar a veterinarios,
etólogos —especialistas en comportamiento animal—, organizaciones
proteccionistas y funcionarios municipales para encontrar un consenso sobre el
futuro del pato Juan. “Debemos evitar que el caso se politice y trabajar en una
solución técnica y humanitaria”, añadió.
El debate trascendió las fronteras del Concejo y llegó al
plano provincial. El miércoles, la vicegobernadora Hebe Casado se sumó a la
polémica con publicaciones en sus redes sociales en las que reclamó la
“libertad del pato Juan” y difundió un mensaje con la frase “Free Juan”. Su
postura generó repercusión y reforzó la visibilidad del caso.



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