Luego de días de reclamos, la administración del Hospital
Garrahan comunicó este domingo que el sueldo de los médicos residentes se
elevará en torno a $ 1.300.000 desde el 1 de julio.
Este sector cobraba $ 797.000 en mano hasta este mes. Según
explican fuentes gubernamentales, sobre ese número el Garrahan transfería unos
$ 200.000 de bono, pero se decidió que ese monto ascienda a $ 500.000, es
decir, un incremento nominal de $ 300.000. Este 30% de aumento total busca
desactivar las asambleas de los empleados del hospital -y particularmente de
los médicos residentes- que se preveían para mañana y durante el resto de la
semana.
Aunque todavía no emergió una postura formal, delegados
médicos del hospital afirman que el conflicto está lejos de resolverse. Alegan
varios motivos. El principal es que este incremento no se reflejó en otros
sectores que también trabajan en el Garrahan.
“Esto no funciona sólo con una parte, ni siquiera con todos
los médicos. El reclamo es también para el personal de planta, que incluye
médicas, enfermeras, técnicas, imágenes”, afirmó uno de los principales voceros
gremiales a Infobae. Estos no fueron comprendidos en los anuncios de este
domingo. “Nos quieren dividir”, agregan.
Para saber si hay una resolución habrá que esperar a la
Asamblea General del hospital, que está fechada para este martes. “No hay
ninguna audiencia prevista [con el Gobierno], por lo que el conflicto se va a
agravar”.
El comunicado publicado por el directorio del nosocomio
advirtió que continuará el proceso de auditoría al interior del Garrahan.
“Estamos erradicando los desvíos presupuestarios y gastos superfluos”,
afirmaron desde el texto, que fue revisado minuciosamente por la Casa Rosada.
El aumento hacia los $ 1.300.000 de bolsillo para los
residentes ya había trascendido el viernes por la tarde. Incluso, la
viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, quien llevó la vocería del asunto
durante toda la semana pasada, había grabado un video en el que anunciaba esta
suma, pero no terminó por convencer a los estrategas comunicacionales de la
Presidencia, por lo que se postergó unos días más.
En tanto, el Gobierno optó por redactar un comunicado en
donde el aumento parece haber quedado en segundo plano, optando por exaltar el
proceso de “transformación profunda” y “limpieza estructural” (según lo
denominan ellos mismos) que están realizando en los hospitales nacionales.
“Este incremento es resultado de la planificación
presupuestaria dispuesta para esta etapa del año, no de las medidas de fuerza
guionadas por la militancia kirchnerista que se esconde detrás de los médicos”,
indicó la administración del hospital a través de un documento oficial
difundido a la prensa.
Para despegarse de un asunto de alta sensibilidad social y
transversalidad política como lo es el Garrahan, el Gobierno se enfocó en
apuntar contra la presunta “casta sindical” que está al interior del hospital.
La línea que bajaron desde el Ministerio de Salud era que el
conflicto se había activado después de que el ministro de Salud, Mario Lugones,
convalidara la implementación del sistema biométrico de control de asistencia
para controlar a aquellos empleados que, supuestamente, no van a trabajar; y no
por los salarios paupérrimos que percibían los médicos residentes. “El Garrahan
no será más un refugio de ñoquis, y quien no se presente a trabajar será
despedido”, marcó la cúpula del hospital en el comunicado.
Aunque no lo dicen en público, pretenden hacer esa
demarcación, y que a partir del anuncio los médicos residentes acepten la
oferta, dejando sin apoyo a quienes pretenden continuar con las medidas de
reclamo. Reconocen que hay un déficit grave en los ingresos del personal en el
Garrahan, pero relativizan el conflicto al poner el foco en la idea de que está
“fogoneado” por los gremios “que no quieren perder sus privilegios”.
“El anuncio en sí mismo, independientemente de cómo sigue la
situación, es una derrota categórica del gobierno, estrepitosa, porque hace 10
días emitieron un decreto que buscaba la prohibición de las huelgas en
prácticamente todas las actividades laborales y muy especialmente en salud.
Luego de eso hay una huelga por tiempo indefinido por parte de residentes y
después de negarse a recibir y a negociar cualquier cosa, tienen que anunciar
un incremento salarial”, indicó a este medio uno de los principales voceros de
los médicos del Garrahan.
“Siguiendo la visión del presidente Javier Milei —que ha
expuesto cómo los recursos del Estado fueron dilapidados durante años por una
casta de militantes y privilegiados—, este hospital de referencia en pediatría
continúa una etapa de orden, eficiencia y reconocimiento al mérito",
inicia la comunicación del aumento de este domingo, en línea con el discurso
duro del Gobierno.
El jueves pasado, Salud mantuvo una reunión de una hora con
los residentes del Garrahan, ante la falta de respuesta del Ministerio de
Salud, ratificaron las medidas de fuerza, y la reacción del Gobierno fue
endurecer la postura. En el Gobierno advirtieron que les descontarán los días
de huelga a los médicos en formación que protesten; que los echarán, si superan
los cinco días de ausencia y deslizaron, en una suerte de amenaza.
El endurecimiento de la postura de la Casa Rosada se informó
poco después de que Milei asociara el conflicto en el hospital pediátrico,
directamente, con la existencia de “ñoquis” en los hospitales. En una
entrevista por el streaming Neura, el Presidente ninguneó los reclamos de los
trabajadores de la salud al reducirlos a un tema de exceso de empleados
públicos.
“La situación la han politizado. ¿Estamos de acuerdo que es
un tema delicado? Estamos de acuerdo también que los recursos son escasos, a
pesar de que se les ha girado una cantidad récord de recursos y mucho más que
el comparativo. Ahora, ¿usted está de acuerdo con que haya ñoquis que le filtre
los recursos a gente que no trabaja? Empleados administrativos dibujados por el
kirchnerismo", expresó Milei.




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