En el marco de la Emergencia Económica declarada por el Municipio, el intendente Gustavo Barrera prepara una reestructuración profunda en su gabinete con el objetivo de reducir el gasto político sin afectar los servicios esenciales ni los salarios de los trabajadores municipales.
La medida se da en un contexto de fuerte caída de la coparticipación provincial y de la recaudación local, que ha obligado al Ejecutivo a diseñar un paquete de acciones para garantizar el funcionamiento del Estado en medio de un escenario económico adverso.
Según pudo saber el sitio MinutoG, Barrera trabaja en una reducción significativa de la planta política, lo que implicará dejar vacantes cargos de secretarios, directores y subdirectores, e incluso se evalúa la posibilidad de fusionar áreas para optimizar recursos. "Aún no está definida la cantidad exacta, pero se achicarán al mínimo indispensable", señalaron desde el Ejecutivo local.
Además, se dará de baja a contratos de locación y se implementarán mayores controles internos en cada secretaría para garantizar un uso eficiente de los fondos públicos.
Como gesto político, el intendente también invitará a los concejales a congelar sus dietas, en línea con la decisión de recortar gastos en todos los niveles del Estado local.
La medida se enmarca dentro de una serie de decisiones que el gobierno municipal planea implementar para enfrentar una situación económica que, según admiten desde la comuna, se agrava mes a mes producto del contexto nacional y provincial.




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