El 6 de junio, Javier Milei será recibido por León XIV en el
Vaticano para rendir tributo a Francisco, analizar la situación global e
iniciar una relación personal con el jefe de la Iglesia Católica.
El Papa asume la mirada ideológica de Milei, sabe de su
alineamiento estratégico con Estados Unidos e Israel, y conoce qué pensaba
Francisco sobre el Presidente.
Milei explicará su plan de ajuste económico, describirá las
razones geopolíticas que sostiene su cercanía con Washington y Jerusalén, y
pedirá formalmente a León XIV que visite a la Argentina como Sumo Pontífice.
Antes de suceder a Francisco, Robert Prevost como cardenal
recorrió el país. Y ahora quiere regresar como Papa.
Georgia Meloni es la principal aliada de Milei en Europa.
Tienen sintonía ideológica y se llevan de maravillas, en un mundo atravesado
por la suba de aranceles que impuso Trump, el conflicto en Medio Oriente y la
guerra entre Ucrania y Rusia.
Milei intenta relanzar la economía nacional y fortalecer las
reservas del Banco Central, y las empresas italianas pueden facilitar estos
objetivos del presidente argentino.
Entre el 9 y el 13 de junio, Emmanuel Macron organiza la
Conferencia de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Océanos. La cumbre es en
Niza, y Milei tiene previsto concurrir para protagonizar una reunión bilateral
con el Presidente de Francia.
A Milei le importa poco esta conferencia vinculada al Cambio
Climático y la Agenda 2030 de la ONU, pero Macron jugó muy bien con la
Argentina en el Fondo Monetario Internacional (FMI), y al presidente no le
gusta tener deudas políticas.
Si no hay cambios en la agenda presidencial, Milei volará de
Niza a Jerusalem para cumplir una visita de Estado en Israel.
Se trata de un fuerte gesto político cuando Benjamín
Netanyahu -premier israelí- se encuentra cuestionado por la Unión Europea y en
una relación fría con Donald Trump, presidente de los Estados Unidos.
Netanyahu desplegó una profunda ofensiva en Gaza y con
limitaciones permitió que ingresara la ayuda humanitaria en la Franja.
En este contexto, Francia, Alemania y Reino Unido
cuestionaron muy fuerte al premier de Israel, mientras Estados Unidos
profundiza sus relaciones bilaterales con los países del Golfo Pérsico, cerró
un acuerdo inédito con los Huties en el mar Rojo y decidió levantar las
sanciones económicas a Siria.
Netanyahu objetó esta agenda de Trump para Medio Oriente, y
el presidente de los Estados Unidos tomó cierta distancia del primer ministro
israelí.




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