En cada paso que logra avanzar la investigación, las secuelas del fentanilo contaminado se expanden de manera exponencial. La epidemia de muertes y contagios provocados por la administración de este potente anestésico a pacientes en centros de salud crece a un ritmo que sorprende -y en un punto asusta- a quienes conducen el expediente judicial.
El último reporte presentado a la Justicia por la
Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud, “Dr. Carlos G.
Malbran”; más conocido como ANLIS-Malbrán o Instituto Malbrán; confirma que son
33 las personas fallecidas en hospitales o clínicas de tres jurisdicciones que
fueron medicadas con esta partida de fentanilo que proveyó el laboratorio HLB
Pharma.
Por algún motivo que se busca establecer, las ampollas que
llegaron a los centros asistenciales venían infectadas con los bacilos
Ralstonia pickettii y Klebsiella pneumoniae. Son dos bacterias resistentes a
los antibióticos convencionales y que, al llegar a los organismos de enfermos
graves, casi todos alojados en terapia intensiva, derivó en resultado fatal.
El instituto que alertó el caso fue el Hospital Italiano de
La Plata. Está en la zona sur del casco urbano de la capital bonaerense y
habitualmente recibe consultas de gente de ciudades de toda la provincia de
Buenos Aires.
Tuvo la primera alerta cuando cotejaron varios fallecimientos
registrados en abril y constataron que tenían un elemento común: recibieron
fentanilo mientras estaban ventilados (con respirador artificial). Hicieron un
estudio preliminar y enviaron una nota y reporte al ANMAT.
Así fue como hace dos semanas, cuando comenzó el escándalo
del fármaco contaminado, la ANMAT tuvo indicios de 9 víctimas. Decidió ordenar
el retiro de todas las partidas de fentanilo de HLB y de su socio productor, el
laboratorio Ramallo. También clausuró a HBL que funciona en San Isidro y llevó
el caso a la Justicia.
Diez días después de iniciado el proceso, Clarín confirmó
que eran 15 los fallecidos: 14 en La Plata y 1 en Santa Fe. Además, accedió a
un cuadro que establecía el rango etario de las víctimas: eran hombres o
mujeres de entre 19 y 71 años. Tenían residencia en Chascomús, Bolívar, Lobos
(2), Ensenada, Maipú, Berazategui, Mar del Plata y La Plata (2).
Y ahora en la causa que lleva adelante el juez federal 3 de
La Plata, Ernesto Kreplak, ese número más que se duplicó. “Son 33, pero pueden
ser más. No sabemos hasta dónde puede llegar esto”, advirtió una fuente
judicial consultada por este diario.
¿Dónde murieron las víctimas?
De acuerdo con el estudio preliminar que presentó el Malbrán
a Kreplak, las víctimas murieron en estos establecimientos: el Hospital
Italiano de La Plata, con 15 fallecidos; el Sanatorio Dupuytren de CABA, 1; el
Hospital Clemente Alvarez de Rosario, 6 personas; el Hospital Cullen de Santa
Fe, 1; el Hospital Italiano de Rosario, 1; y el Sanatorio Parque de Rosario 9.
Es decir, 15 fallecidas en la provincia de Buenos Aires, 1 en CABA y 17 en la
provincia de Santa Fe.
También está confirmado que hay otros 69 casos sospechosos
de haberse infectado con la bacteria Klebsiella pneumoniae, que estaba alojada
en el anestésico que suministraron los médicos a esas personas.
Los cultivos que se hicieron con muestras de fentanilo de
HLB en el Malbrán presentan identidad “fenotípica, molecular y genómica” con
los aislamientos que se hicieron de pacientes. Eran hombres y mujeres alojados
en el Hospital Italiano de La Plata, Hospital Cullen de Santa Fe y Sanatorio
Parque de Rosario.
La causa judicial lleva menos de dos semanas de instrucción.
“Hay todo tipo de pruebas. Pero tenemos que hacer todo con cautela porque son
situaciones muy específicas”, dijo una fuente de Tribunales.
Ya hubo tres allanamientos en las sedes de: HLB Pharma;
laboratorio Ramallo (socio y co productor del fentanilo) y en la droguería
Nueva Era, que fue la que distribuyó parte o la totalidad de los lotes
afectados.
Además, Kreplak dispuso medidas específicas para tratar de
determinar cómo ocurrió el supuesto “robo” o “vandalización” que denunciaron
las autoridades de HLB, un día después que estallara el escándalo. Según
informó Clarín, entraron y destruyeron elementos que se guardaban en una
oficina clave: fue en el sector de Garantía de Calidad de HLB. Es donde se
asienta la documentación relacionada con la elaboración de los lotes de
productos fabricados y otros procedimientos de resguardo que son exigidos por
los organismos de control.
Kreplak pidió cámaras de vigilancia de edificios aledaños.
Otros procedimientos que impulsó el magistrado: requirió a todos los
ministerios de Salud del país datos sobre pacientes infectados con las dos
bacterias que hayan recibido fentanilo desde el 1 de abril de este año. Es que,
según se informó, las empresas farmacéuticas cuestionadas eran proveedores de
por lo menos 11 jurisdicciones nacionales.
Los laboratorios investigados
HLB pertenece al empresario Ariel García Furfaro, actual
socio del sindicalista Víctor Santa María. Ramallo es propiedad de Ariel
Salinas, cuestionado por su presunta participación en el caso que se conoció
como "la mafia de los medicamentos". También fue dueño del
laboratorio Apolo, una empresa rosarina en la que ocurrió una explosión hace
casi 10 años, atribuida a las malas condiciones del lugar.
El informe que recibió Kreplak detalla que el Malbrán tiene
dos líneas de trabajo para abordar los pedidos que hace el ANMAT: por un lado,
analiza todas las muestras que remiten las instituciones de salud que reportan
casos o potenciales casos vinculados al brote; la segunda es una solicitud de
colaboración que pidió la administradora de la ANMAT para analizar los
aislamientos provenientes del producto fentanilo.
ANMAT solicitó ensayos de identificación de género y especie
de la bacteria; determinación de antibiotipo o sensibilidad a los antibióticos
y ensayo de característica genómica en caso que corresponda.
Un informe fechado el 22 de mayo y que fue remitido al
director del Hospital Italiano de La Plata sostiene que “existe una
concordancia entre la identidad de los agentes patógenos que se identificaron
en los cultivos de los pacientes y los aislamientos de los fentanilos remitidos
por personal del Hospital Italiano de La Plata. Ello habla de una fuente común
de infección”. Es decir, no quedan dudas de la relación entre el medicamento
contaminado y la patología de los pacientes afectados.
El proceso tiene comportamiento de “bola de nieve”. A medida
que se avanza con los operativos judiciales asoman más y más irregularidades. O
se constata la relación entre el medicamento y las muertes. Kreplak todavía
necesita pruebas de que las víctimas murieron “por” la infección y no sólo como
una derivación de la evolución de las patologías de todos esos pacientes que
atravesaban cuadros clínicos graves.




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