Anoche el tradicional café de Sarmiento y Avellaneda dejó de
ser administrado por la familia Sillisqui después de 33 años de trabajo
ininterrumpidos. La historia de su formación fue contada por CNM en esta nota.La historia de su formación fue contada por CNM en esta nota.
Ahora, se vienen vientos de cambio para esa estructura con
un nuvo propietario pero los dueños salientes escribieron una carta de
agradecimiento a la ciudad.
Hoy toca nada más y nada menos que escribir el
agradecimiento a todas las personas que conocieron la confitería Café Pato´s
Pub.
La carta
Tres generaciones pasaron por éste comercio. Lugar de
encuentro de amigos y de amigas, reuniones de instituciones educativas, de
deportes, de políticos y de encuentros culturales.
Hoy celebramos este momento y la Bendición de que Patos haya
sido una familia en Madariaga, de vecinos pero también de amigos.
Éste comercio les dice gracias, y que a pesar de épocas
lindas y de crisis en el país, hemos tenido la fortaleza de levantarnos y mirar
hacia arriba.
Gracias a todos aquellos que en estos 33 años fueron
clientes y quienes pasaron y sintieron un lugar de amigos, de familia y de
encuentro, de charla, de reunión, de música, de conferencia o simplemente de un
café compartido.
Se desea transmitir el enorme agradecimiento y un poco de la
melancolía que genera escribir estas palabras porque Café Patos Pub deja atrás
un montón de historia, tres generaciones que pasaron por esa esquina seguramente
con un montón de anécdotas, momentos felices y tal vez no tan fáciles de
transitar, pero seguramente con el gustito a café de familia que quiso
compartir siempre la gente de Patos, todos los empleados y todos los clientes.
Este lugar no solo fue de la gente de Madariaga sino que
también recibió a muchos vecinos de la zona y turistas de todas partes que tal
vez andaban un domingo conociendo el pueblo o acompañando algún familiar
enfermo que se encontraba internado en la clínica o en el hospital, fue un
lugar de gente trabajadora que esperaba tomar el colectivo para ir a trabajar,
de los vendedores de diarios, de helados, de churros, taxistas, comerciantes,
médicos, docentes, estudiantes o de los jubilados que esperaban su sueldo,
mientras tanto pedían permiso para utilizar los sanitarios y tomar algo
calentito o preparar el agua para el mate porque luego se iban a trabajar.
Patos tuvo la oportunidad de ser un espacio dónde permitió
muchas veces reunir a personas de diferentes gustos y colores; a figuras
públicas como políticos, deportistas, músicos, cocineros, locutores,
mediáticos, religiosos, y otros tantos que tal vez venían por un ratito a la
ciudad pero pasaban por la confitería céntrica. Pero también fue un lugar de familia
porque en éstas tres generaciones no solo la gente se conocían sino que muchas
parejas se hicieron de novio, luego se casaron y con sus hijos seguían
visitando la confitería, también hoy esos niños ya son adultos y también
eligieron seguir compartiendo con los suyos el amor por el café de Patos.
Patos tuvo la posibilidad de ver pasar a tantas personas que
iban y venían con sus alegrías y tristezas. Tantos desfiles de la primavera
donde niños y grandes terminaban su caminata con una merienda; o cuántos
domingos de desfiles a caballo de la fiesta del Gaucho; tantas largadas
simbólicas del Rally; o cuántos corsos; cuantos jóvenes embarrados festejando
la primavera; cuántas reuniones de egresados, show musicales de los días
viernes, cuantos partidos de fútbol, mundiales, debates, Navidades y años
nuevos compartidos entre otras convocatorias que reunían las calles Sarmiento y
Avellaneda.
Se recuerdan tantas alegrías, aplausos, charlas, festejos y
tantas emociones compartidas.
Patos quedará en la memoria y en el corazón de los que
conocieron no solo el lugar sino la gente que allí transitaba todos los días,
clientes y vecinos del barrio. ¿Cómo no recordar a tantos comerciantes que hoy
ya no están? Tantos vecinos de la cuadra o de la manzana, tantos negocios,
bancos, consultorios y oficinas. A todos ellos gracias también porque hicieron
de Patos el barrio céntrico de Madariaga.
Patos se despide de su popularidad pero también de su
anonimato porque quedarán recuerdos que solo las paredes podrán hablar, es un
gracias rotundo porque lo más importante que se llevará en su corazón aquel
dueño de la confitería son las vivencias compartidas unidas en el amor de
amigos y de familias.
Hasta luego les desea Caffe Patos Pub
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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