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Un joven de 17 años sufrió una feroz golpiza a la salida de un boliche



Un joven de 17 años sufrió una dura golpiza a la salida de un boliche en Río Tercero, Córdoba, a principios de esta semana, en el marco de los festejos por el “último primer día” del secundario, conocido como el “UPD”. La víctima fue hospitalizada y la Justicia emitió una orden de detención contra uno de los agresores.

Benjamín, la víctima, fue a un boliche con sus amigos para festejar el último primer día de clases y relató que recibió golpizas “durante media hora en todo el cuerpo” y que cayó “a centímetros de la vereda”.

La secuencia quedó grabada por testigos y es el principal material que tiene la Justicia para identificar a los agresores, ya que el joven no recuerda las caras de quienes le proporcionaron la golpiza.

Según pudo saber el medio local La Voz, Benjamín no conoce a los agresores y hasta quedó inconsciente. Tras ello, fue internado en un hospital local y los médicos le informaron que debe esperar un mes para conocer si los golpes le habrían afectado de manera grave alguna parte de su cuerpo.



En un posteo en la red social Instagram, Benjamín aseguró que no puede “dejar pasar” lo sucedido. “Mañana le puede tocar a cualquiera de ustedes. Necesitamos hacer algo, no puede seguir así. Esto va más allá de mí, es por todos nosotros”, escribió.

El fiscal Alejandro Carballo, de Río Tercero, a cargo de la causa, confirmó que se identificó a dos agresores por la golpiza del joven. En ese sentido, se ordenó la detención de un mayor de edad, de 20 años. Un menor de 16 años fue otro de los identificados pero se encuentra bajo la custodia de sus padres.

Se realizaron varios allanamientos para dar con el paradero del agresor, aunque todavía no se efectivizó la detención. La imputación para ambos será de lesiones leves agravadas, por las pruebas y elementos de prueba recopiladas por la Justicia.

Qué es el último primer día

En un informe que publicó LA NACION este mes, se explica que este fenómeno, que comenzó hace cerca de diez años, es un ritual que realizan los estudiantes que están por iniciar su último año de secundaria. La esencia del festejo consiste en reunirse en una quinta o salón la noche anterior al primer día de clase e ir sin dormir a la escuela.

“Es importante entender que esta camada, por lo menos en la Capital, empezó el primer año de la secundaria en pandemia. Como con nuestros compañeros nos hablábamos por el aula virtual, hay algunos con los que nunca entablé una relación o crucé dos o tres palabras como mucho. Entonces la idea y el brillo del UPD es juntarnos, unirnos como curso por esos dos años que nos arrebataron y celebrar que arrancamos nuestro último año”, comentó Lara a LA NACION.

Así como el UPD despierta alegría y emoción entre los potenciales egresados, también genera preocupación entre padres, sobre todo en los grupos de WhatsApp, por el fuerte consumo de alcohol de parte de sus hijos a lo largo de esa esperada noche. Los alumnos de diferentes colegios del conurbano y la Capital consultados por LA NACION destinan alrededor de $7000 por persona en este tipo de bebidas. En algunos casos, el monto llega a $10.000.



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