En su primer discurso como Presidente de la Nación, Javier
Milei hizo foco en la herencia que recibió y las complejas dificultades
económicas que enfrentará su gestión. También le dedicó palabras a la seguridad
y al deterioro educativo del país. Además, prometió que no habrá “vendettas”
contra políticos de otros partidos y prometió que los piqueteros que corten
calles no cobrarán planes sociales.
El jefe de Estado planteó que el gobierno de Alberto
Fernández le dejó “plantada” una “inflación anual de 15 mil por ciento”. Por
ese motivo -aseguró-dijo que no hay una solución alternativa al ajuste.
Ese ajuste, prometió, “caerá casi totalmente sobre el Estado
y no sobre el sector privado”.
“La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y no hay
alternativa al shock, naturalmente eso repercutirá de modo negativo sobre el
nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e
indigentes”, sintetizó.
Milei habló en las afueras del Congreso, frente a la Plaza,
rodeado de presidentes y líderes de todo el mundo que llegaron a la Argentina
para participar de los actos protocolares de asunción. Fueron 34 minutos y en
un clima casi de verano, con sol radiante y 26 grados de temperatura.
En el escenario estuvieron en primera fila y a la derecha
del presidente electo Zelensky, el armenio Vahagn Jachaturián, el chileno
Gabriel Boric y el rey Felipe VI de España. Y a su izquierda el paraguayo
Santiago Peña, el uruguayo Luis Lacalle, el ecuatoriano Daniel Noboa, Viktor
Orban (Hungría) y el ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro.
“Habrá estanflación, es cierto, pero no es algo muy distinto
a lo que ha pasado en los últimos 12 años”, desarrolló.
“Recordemos que en los últimos 12 años, el PBI per cápita ha
caído 15% en un contexto donde acumulamos 5000% de inflación; hace más de una
década que vivimos en estanflación, por lo tanto este es el último mal trago
para iniciar la reconstrucción de Argentina”, completó.
“En el corto plazo la situación empeorará, pero luego
veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo creado las bases de un
crecimiento sólido y sostenible en el tiempo. Sabemos que no todo está perdido.
Los desafíos son enormes pero también nuestra capacidad para superarlos. No va
a ser fácil. 100 años de fracaso no se deshacen en un día, pero un día empieza.
Y hoy es ese día”, resumió.
Seguridad
El segundo capítulo de su discurso estuvo orientado a “la
vida en comunidad” y la seguridad, uno de los principales reclamos de la
ciudadanía.
“Argentina se ha convertido en un baño de sangre, los
delincuentes caminan libres mientras los argentinos de bien se encierran tras
las rejas, el narcotráfico se apoderó lentamente de nuestras calles a punto tal
que una de las ciudades más importantes ha sido secuestrada por los narcos y la
violencia”, describió.
Y prometió: “Se acabó con el siga-siga de los delincuentes”.
“En materia social estamos recibiendo un país donde la mitad
del país es pobre, con el tejido social roto. Más de 20 millones de argentinos
no pueden vivir una vida digna porque son presos de un sistema que genera más
pobreza. Los planes contra la pobreza generan más pobreza. La única forma de
salir de la pobreza es con más libertad”, continuó.
Educación
En materia educativa, Milei destacó: “Para que tengan en
cuenta el deterioro que vivimos, sólo el 16% de los chicos se reciben en tiempo
y forma en la escuela, sólo 16 de cada 100, el 84% no termina la escuela en
tiempo y forma”.
“A su vez el 70% de los que sí terminan la escuela no pueden
resolver un problema de matemático básico o comprender un texto”, prosiguió en
alusión a los resultados conocidos recientemente de las pruebas PISA.
“Si se levantara Sarmiento y vieran lo que hicieron con la
discusión”, reflexionó.
El mensaje de Javier Milei a la clase política
“La clase política deja al país al borde de la crisis más
profunda de nuestra historia, cada uno de ellos tendrá que hacerse cargo de su
propia responsabilidad, no es tarea mía señalarlos”, dijo. “No buscamos ni
deseamos las duras decisiones que habrá que tomar en las próximas semanas, pero
lamentablemente no nos han dejado opción”, reiteró.
“Vamos a tomar todas las decisiones necesarias para arreglar
el problema que causaron 100 años de despilfarro de la clase política aún
cuando el principio sea duro”, machacó.
“En cuanto a la clase política argentina, quiero decirles
que no venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas o
discutir espacios de poder, nuestro proyecto no es un proyecto de poder, es un
proyecto de país. No pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que
la hipocresía interfieran con el cambio que los argentinos elegimos. A todos
aquellos dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse a
la nueva Argentina los recibimos con los brazos abiertos”, explicó.
“No importa de dónde vengan, no importa lo que hayan hecho
antes, lo único que importa es hacia dónde quieren ir. Aquellos que quieren
utilizar la violencia o la extorsión para obstaculizar el cambio, les decimos
que se van a encontrar con un Presidente de convicciones inamovibles que
utilizará todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que nuestro
país necesita, no vamos a claudicar, no vamos a retroceder, no nos vamos a
rendir”, cerró.
El que corta calles no cobra planes sociales
Sobre el final del discurso, que se extendió durante 34
minutos, el Presidente les envió un mensaje claro a los piqueteros.
“Este nuevo contrato social nos propone un país distinto, un
país en el que el Estado no dirija nuestras vidas, sino que vele por nuestros
derechos, un país en el que el que las hace las paga, un país en el que quien
corta la calle violando los derechos de sus conciudadanos no recibe la
asistencia de la sociedad; puesto en otros términos, el que corta no cobra”,
exclamó ante los aplausos de los ciudadanos presentes.
“Un país que dentro de la ley permite todo, pero fuera de la
ley no permite nada”
“Un país que contiene a quienes lo necesitan, pero no se
deja extorsionar por aquellos que utilizan a quienes menos tienen para
enriquecerse a ellos mismos”.
El mensaje final
“Que quede claro, hoy comienza una nueva era en la
Argentina. El desafío que tenemos por delante es titánico, pero la verdadera
fortaleza de un pueblo se mide en cómo enfrenta los desafíos cuando se
presentan y cada vez que creemos que nuestra capacidad para superar esos
desafíos ha sido alcanzada, miramos al cielo y recordamos que esa capacidad
bien podría ser ilimitada”, dijo.
“El desafío es enorme, pero lo enfrentaremos con convicción,
trabajaremos sin descanso y llegaremos a destino”.
“No es casualidad que esta inauguración presidencial ocurra
durante la fiesta de Janucá, la fiesta de la luz, la esencia de la libertad”,
indicó.
“Ustedes saben que prefiero decirles una verdad incómoda
antes que una mentira confortable”, completó.
“Recuerdo que cuando ingresamos a esta casa junto a Victoria
Villarruel, hoy Vicepresidenta, en una entrevista nos dijeron “ustedes son 2 en
257, no van a poder hacer nada”. Y también recuerdo que ese día la respuesta
fue una cita al libro de Macabeos 319 que dice que la victoria en la batalla no
depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo.
Por lo tanto, Dios bendiga a los argentinos, y que las fuerzas del cielo nos
acompañen en este desafío, muchas gracias, será difícil pero lo vamos a lograr”,
agregó.
Y exclamó por última vez: “¡Viva la libertad carajo!”.




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