El 23 de enero de 2000, Eva Azulina Falcón, embarazada de siete meses, logró escapar herida del ataque de su pareja y buscó refugio en una clínica privada de la ciudad fueguina de Río Grande. Pero Ramón Ángel Abregú la encontró escondida en uno de los consultorios y la asesinó de cuatro balazos. El hombre fue condenado a 20 años de prisión pero se escapó de la cárcel y permaneció prófugo hasta que, en las últimas horas, se entregó y pidió la prescripción de la causa.
El hombre, que ahora tiene 70 años, sorprendió a las autoridades al presentarse de manera espontánea ante el Tribunal de Juicio en lo Criminal de Río Grande, donde quedó detenido, aunque su abogado defensor, Alejandro De la Riva, ya presentó un escrito solicitando su libertad debido a la “prescripción del caso”.
“El plazo de prescripción son 20 años, que es el tiempo en que logró mantenerse prófugo viviendo en la clandestinidad. Cumplió la pena de esa manera”, explicó De la Riva a los medios fueguinos.
El letrado agregó que Abregú “se mantuvo oculto en el norte argentino” y admitió que logró reingresar a Tierra del Fuego, lo que incluye pasar cuatro pasos fronterizos (dos argentinos y dos chilenos) “de manera furtiva” y sin documentación personal. De esta manera, agregó, pudo llegar caminando hasta las puertas del mismo tribunal que ordenó su captura hace más de 20 años.
Cuando se llevó a cabo el juicio a Abregú, el paradigma judicial no contemplaba la visión de género respecto del homicidio en perjuicio de una mujer mediando una situación de violencia, y tampoco se consideró el agravante por el vínculo entre el victimario y la víctima. Por ese motivo fue que lo condenaron por “homicidio simple” en lugar de “femicidio”, cuya única pena posible hubiera sido perpetua.
Sus días de fugitivo
Poco después de esa sentencia, el 15 de febrero de 2001, el hombre logró escapar de la isla hacia Chile escondido en un camión, a través del Paso Fronterizo San Sebastián, y desde allí reingresó al país para refugiarse en una provincia del norte.
De acuerdo con lo que lograron reconstruir en aquel momento los investigadores, el detenido aprovechó las deficiencias de seguridad del establecimiento carcelario llamado “Puesto 1″, donde por entonces había solo tres policías que custodiaban a 23 internos, y escapó.
El exjefe de la policía Gustavo Penza definió por esos días al lugar como “un depósito de presos” sin “cerco perimetral” y “atravesado al medio por una calle”. Las irregularidades eran tantas que Abregú se escapó a la mañana y su ausencia recién fue notada “en horas de la tarde” durante el relevo del turno de los vigilantes de guardia.
Pese a todo, el Superior Tribunal de Justicia de la provincia igual confirmó la condena en su contra por el crimen de la mujer, el 1 de marzo de 2001. Con ello, el período de prescripción de la causa “comenzó a operar ese día y venció el 1 de marzo de 2021″, momento en que su abogado aprovechó para solicitar la eximición de prisión, aunque el tribunal se la denegó. El argumento de los magistrados fue que el prófugo debía primero someterse a derecho para después pedir por su libertad.
Ahora, en cambio, con Abregú detenido, los jueces no tendrían otro camino que determinar la prescripción y ordenar la liberación del hombre, que además ya tiene edad para solicitar la prisión domiciliaria, explicó una fuente judicial a Télam. Sin embargo, desde la fiscalía deslizaron que el trámite “no es tan automático” y que resta dirimir algunas cuestiones jurídicas en torno a lo sucedido.
Los voceros indicaron que para esta causa “rigen los preceptos de tratados de derecho internacional adoptados por el país y que podrían ser aplicados para denegarle la libertad a esta persona”, adelantaron.
Abregú pasó su primera noche detenido después de 22 años en la Unidad de Detención de Río Grande, mientras los jueces del Tribunal en lo Criminal de la ciudad ya evalúan el pedido de excarcelación presentado por su defensa.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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