Esta mañana CNM te anticipaba, en exclusiva, el robo al establecimiento rural “La Constancia” que fue perpetrado en la noche del lunes por 4 individuos que llegaron vestidos de negro, con sus rostros cubiertos y con guantes para reducir a una mujer que estaba en la casa del campo y robarle una fuerte suma de dólares y pesos para luego escapar.
Hubo mensajes intimidatorios, nombres y
frases muy bien utilizadas por algunos de los atacantes que dejan entrever que
sabían muy bien quiénes eran sus víctimas. Llegaron a utilizar el nombre de uno
de los integrantes de la familia y dieron detalles de la fisonomía de uno de
los nietos de la mujer que habían reducido, amenazaban con un arma y ataron de
pies y manos al escapar.
Ya informamos que llegaron cuando la
denunciante había salido a dar un medicamento a los perros. Recientemente se
había hecho de noche y salió con total normalidad sin haber escuchado ningún
tipo de ruido. Fue sorprendida y, de entrada, le dijeron:
Tenemos a tu hijo, a tu nieto y a tu nuera. Que lindo que es tu nieto rubio de ojos celestes. Ahora te vamos a hacer hablar con tu hijo.
Pero allí no quedaron los datos que luego
fueron plasmados en la denuncia:
Tu marido tiene hoteles en Gesell, sabemos los planos que presentaste y las obras que hiciste.
El calvario se extendería por dos horas. La
tuvieron controlada, llegaron a presionarla contra el suelo y, el detalle que
no se olvida la mujer, es que no podía verles la piel porque meticulosamente
habían cubierto sus brazos con prendas largas y oscuras. También usaban guantes
y sólo cree que uno de los atacantes se lo sacó para hacer un llamado
telefónico porque no lograba desbloquear y atender el aparato.
Una vez recolectado el botín decidieron
colocarla en un ambiente, taparle la boca con cinta y le dieron órdenes muy
marcadas.
“Espera
una hora porque te vamos a ver pasar por la ruta si te vas”
Pero el plan era llevarse la camioneta
Hillux de la familia. El arranque era automático aunque había que cumplir con
una serie de pasos para conseguir hacerla andar y ellos no lo lograban. Lo intentaron
varias veces y el rodado ni siquiera ejecutaba el encendido electrónico por lo
que debieron ir a buscarla para preguntarle cómo llevársela.
Una vez que entendieron que tenían que
sentarse, cerrar las puertas, colocarse los cinturones y apretar el
embrague consiguieron su cometido y se
fueron por el camino de Macedo que desemboca en la Ruta 11.
Somos profesionales, te vamos a cortar los dedos y te vamos a matar
Esa es, todavía, la frase que resuena en
la cabeza de la denunciantes.

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