Una detallada investigación a cargo del fiscal Fernando Berlingeri y del personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) permitió esclarecer al menos cuatro robos millonarios en departamentos del centro de la ciudad de Mar del Plata en los que una banda obtuvo aproximadamente un millón de dólares, cuarenta y dos millones de pesos y una importantísima cantidad de joyas y alhajas.
Producto de la tarea realizada en los últimos meses, la
Justicia de Garantías avaló la realización de varios allanamientos en las casas
de al menos cuatro imputados. La medida se llevó a cabo este miércoles, pero
los sujetos no se hallaban en el lugar y quedaron insertas sus órdenes de
captura.
Los procedimientos tuvieron lugar en un lote de un barrio
privado ubicado en la avenida Jorge Newbery, en la calle French al 5300, en San
Juan al 4100, en Laprida al 5000 y Catamarca al 2200. “Los imputados se habían
retirado y solamente quedaban familiares en el lugar, lo que permite confirmar
la operatoria como asociación ilícita”, aseguraron distintas fuentes
judiciales.
A pesar de la ausencia de los sospechosos, la DDI ya avanzó
con el secuestro de un auto Fiat 500, un vehículo Honda HRV, una moto Honda, un
cuatriciclo, llaves de ignición. una bicicleta, varios relojes, celulares,
billeteras, documentación, electrodomésticos, contadoras de billetes, notebook,
una caja fuerte y prendas de vestir. “Muchos de los elementos tienen las
características de los denunciados por algunas de las víctimas”, reconocieron
los investigadores consultados.
Las mismas autoridades confiaron que los hechos investigados
ocurrieron en edificios del centro, aunque también habrían llevado adelante
otro similar en la zona de Playa Grande con la misma modalidad: ingresaba al
lugar con una llave electromagnética –original o copia- y forzaban el acceso
del departamento.
Una operatoria detallada y paciente
De acuerdo a los datos recabados por la fiscalía tras la
tarea que hizo la DDI, se estableció que la banda –de la que formarían parte otras
dos personas aún no identificadas- no operaba directamente apenas obtenía las
llaves de acceso a los edificios, sino que hacía un minucioso trabajo de campo
y observación.
“Se pudo certificar que controlaban el acceso y salida de
los propietarios, cuestión comprobada en que los ingresos a tres de los
inmuebles fueron cuando los propietarios salieron de viaje y no estaban en la
ciudad”, indicaron las mismas fuentes consultadas.
Génesis
El expediente comenzó tras una primera denuncia que el
fiscal Berlingeri tomó mientras cubría la Oficina de Determinación de Autores.
En noviembre del año pasado, el funcionario relacionó ese hecho con otro
similar que había ocurrido en marzo y a partir de su labor aparecieron los
primeros datos para encaminar el caso.
Perfiles en redes sociales, intervenciones telefónicas y
otras tareas de investigación, le permitieron a la DDI identificar a cada uno
de los integrantes de la asociación ilícita, quedando en claro el rol de cada
uno dentro de la banda.
“El líder tenía a su cargo las tareas de inteligencia y
planificación, otro realizaba las copias de las llaves y el seguimiento de las
víctimas, un tercero aportaba datos de los potenciales damnificados y usaba
inhibidores de alarmas para tener acceso a los autos, otro era el contacto con
cerrajerías para la copia de llaves y las “cuevas” para el cambio de moneda
extranjera y joyerías para reducir el botín”, detallaron.

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