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CRIMEN DE VILLA GESELL: Dudas sobre la RCP, críticas a la autopsia y hasta un aneurisma, los planteos de los peritos de la defensa



Cuando declaró bajo juramento de decir la verdad, Diego Duarte, que hizo la necropsia sobre el cuerpo de Fernando Báez Sosa, afirmó: “Nunca vi algo semejante. El paciente sufrió daño en todo el sistema nervioso central, tanto cerebro, cerebelo, tronco cerebral; no hay una lesión única, son múltiples. Las lesiones más importantes estaban en el cerebro”. Ayer, en la última audiencia previa a los alegatos, su informe, clave para la acusación, recibió el más duro cuestionamiento en tres años: el de dos médicos legistas, presentados como testigos por la defensa de los ocho acusados del homicidio. Uno de ellos lanzó: “El escrito de la autopsia causa vergüenza ajena”.

Así, con la exposición de Juan José Fenoglio y Jorge Velich, especialistas en medicina legal, la defensa de los ocho acusados, encabezada por el abogado Hugo Tomei, intentó poner en duda las conclusiones de la autopsia hechas por Duarte.

Durante su declaración, Fenoglio, quien se presentó como consultor en medicina legal y diplomado en ciencias forenses, entre otras especialidades, tuvo un duro cruce con el fiscal Gustavo García y otro con el abogado Fernando Burlando, uno de los letrados que representa a los padres de la víctima, Silvino Báez y Graciela Sosa.



Los ocho acusados son Luciano Pertossi, de 21 años; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Máximo Thomsen, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21.

Los peritos de parte hicieron foco en las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) que le practicaron a Báez Sosa cuando estaba desvanecido en la escena del ataque mortal.

Los cuestionamientos a las maniobras de RCP ya habían sido adelantados por ciertos interrogatorios que el abogado defensor de los ocho acusados, Hugo Tomei, hizo a testigos que declararon en las primeras audiencias.



A Carolina Silvana Giribaldi Larrosa, la médica de la ambulancia que llegó a la escena del crimen frente al boliche Le Brique la madrugada del 18 de enero de 2020, le preguntó si las maniobras RCP hechas de forma inadecuada podían llegar a lesionar algún órgano. La testigo respondió: “Cualquier maniobra mal hecha puede generar daños, pero los masajes de RCP son una técnica segura. En adultos mayores, por la fragilidad [de los cuerpos] suele haber fracturas”.

Anteayer, los peritos de parte volvieron sobre el tema. “No fue la RCP lo que mató a Fernando Báez Sosa, pero agravó la situación por la movilización [del cuerpo]”, afirmó Velich. Y agregó: “La presión excesiva [en las maniobras de RCP] puede causar lesiones en el abdomen y en el hígado”.

En este contexto, el defensor Tomei le consultó a Velich: “¿Un sangrado en el hígado puede causar la muerte?”. Entonces, el perito respondió: “Puede causar la muerte o puede acelerar la muerte”.

Fenoglio había anticipado: “La lesión en el hígado puede ser por un aplastamiento en el hígado provocada por la reanimación por RCP”.

Fenoglio hizo referencia a la “falta de precisión” en el informe de la autopsia en cuanto a si ciertas lesiones fueron consecuencia de los golpes de los sospechosos o de las maniobras de RCP. “Es importantísimo saber qué arteria sangró y qué golpe le produjo la lesión […] Es raro que una persona con este traumatismo se muera en el lugar del hecho”, dijo. Y planteó que se debió investigar si Báez Sosa tenía un aneurisma.



“No decimos que tenía un aneurisma, sino que se debía investigar. No tenemos la arteria que causó la lesión cerebral”, sostuvo, y explicó que los tiene el 8% de los jóvenes y que “lo puede causar un traumatismo al provocar golpes leves”.

Cuando declaró como testigo, Duarte sostuvo: “Al abrir el cráneo observamos abundante sangre”; explicó que encontraron “hematomas en muchas regiones del cerebro” y que los golpes –a los que calificó de “multidireccionales”– “hicieron el impacto suficiente para dañar el cerebro contra la pared ósea”.

Ayer, ante los cuestionamientos, cuando el abogado querellante Fabián Améndola le preguntó “¿por qué murió Fernando Báez Sosa?”, Fenoglio contestó: “No lo sabemos, no está en la autopsia”.

Y agregó: “No está descripto el mecanismo de muerte. La autopsia debe considerar causas y mecanismo de muerte. Es importantísimo saber qué arteria sangró y qué golpe le produjo la lesión. Es raro que una persona con este traumatismo se muera en el lugar del hecho”.

Cuando los testigos llevaban una hora y 35 minutos de declaración, hubo un fuerte cruce entre el fiscal García y Fenoglio. Luego de que los médicos forenses explicaran que no contaron con imágenes de las lesiones sufridas por Báez Sosa en el informe de autopsia, el funcionario judicial respondió: “Me está faltando el respeto al decirme que no soy honesto”.

Todo había comenzado cuando García preguntó: “¿Usted tomó conocimiento de la existencia de 60 fotografías que tomó el médico autopsiante [sic]?”. Las fotos fueron incorporadas en diciembre pasado, antes del inicio del juicio.

“Soy tan honesto que lo comuniqué por escrito [la incorporación de las fotografías]”, inquirió García. Fenoglio respondió: “Sí. Para nosotros las fotografías que ilustran la autopsia están en la autopsia, no [aparecen] tres años después”.

Tras el cruce con el fiscal García, el perito médico Fenoglio discutió con Burlando. El letrado lo cuestionó por utilizar “conceptos confusos” y el testigo le espetó: “Usted entiende cualquier cosa”.

Al finalizar la audiencia, Burlando afirmó: “En el reino del revés, dos peritos dicen que una maniobra de RCP mata y terribles patadas en la cabeza no. Quería encontrarme con eminencias del peritaje y trajeron a Piñón Fijo”.






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