CNM realizó un sondeo en las últimas horas para aquellos turistas que bajan a la arena desprovistos completamente de víveres. Algunos valores varían según el horario, también según la zona o si se compran en bares de balnearios o a vendedores ambulantes.
Hay ambulantes que circulan durante todo el día y otros
aparecen según la franja horaria. Los vendedores de churros tienen su fuerte
por las tardes. Los de choclos desde media mañana hasta media tarde y los de
gaseosas y helados durante toda la jornada.
Para arrancar, una gaseosa o agua saborizada cuestan $200
pero si uno decide subir a los bares de playa, en esos metros la inflación se
siente. En CR, uno de los balnearios top de Pinamar norte, la gaseosa o agua
mineral pasan a $250. En Hemingway, el
más elitista de Cariló, pasan a $300 la gaseosa, $270 la saborizada y $200 el
agua mineral. Como término medio, en cuanto a valores de balnearios, aparece
Cozumel con gaseosas o aguas de pomelo, manzana o naranja a $220. Todos
coinciden que estos valores posiblemente no se mantengan y que hay variaciones
en los próximos 20 días.
Pensando siempre en el almuerzo rápido los choclos pueden
comprarse en la arena a cualquier vendedor entre $250 y $300. En un objeto
tradicional que prácticamente no aparece en la carta de los “bares de playa”.
Las rabas también son tradicionales a la hora de pensar en
el verano, la arena y el mar. Pueden cambiar de nombres, según los chefs
veraniegos, pero el producto final es el mismo. En Cozumel vienen con salsa de
tártara y cuestan $1450, en CR les agregan salsa provenzal y trepan a $1900 y
en Hemingway podés adquirir una porción a $1800.
El súper pancho es un producto en extinción para los
ambulantes. Moverse entre la arena con la conservadora llena de agua es una tarea
titánica. Por eso “el producto” sigue vigente sólo en algunos sitios. Los hay
simples o con agregados. Precios que van de $200, el solo, $240 el que lleva
queso o jamón, y con ambas opciones a $290. Mucho más costoso, a “nivel Dios”
el que ofrecen en CR porque vuela en su precio hasta llegar a $700 el solo y
$900 el completo.
Las porciones de papas fritas son tradicionales para
compartir con amigos en una canasta. Por su carácter de producto frito sólo se
compran en balnearios. Las porciones
arrancan en los $500 y llegan a los $850.
Los tostados parecen ser los productos en donde más
diferencia se busca obtener junto con las papas fritas. También sus valores
arrancan en $490 hasta llegar a los $900. Los sitios donde más elevado es el
valor es Hemingway y CR.
Si bajamos a la arena nuevamente para sobrellevar la tarde hay que pensar en
un tentempié. Allí aparecen los chipas. La docena cotiza a $500. Los churros
parecen ser el monopolio de la marca “El Topo”. El valor oficial en su Twitter
es de $450 pero se ve que el esfuerzo del vendedor eleva su precio de manera
exponencial. Según el momento del día los comercializan a $600 u $800 la
docena.
Para divertirse un rato está la clásica banana. Ir temprano
a la mañana tiene premio: $1500 por persona. Ya a la tarde hay más demanda y
conseguir lugar cuesta más caro: $2000.
Hacer un stop para tomarse un helado puede costar entre $180
hasta los $650 según la opción que uno elija del amplio menú de la heladera del
vendedor. Si pensás en pedírselo al mozo del balneario todo puede elevarse
hasta los $900.
Por momentos puede aparecer algún vendedor con ensaladas de
frutas. Para refrescar hay que pagar unos $500. Conviene porque si se mira hacia
el balneario ese precio llega a los $900.
Llevar la heladera a la playa es tedioso pero sin dudas se
vuelve algo realmente ventajoso a la hora de pensar en la economía familiar.




Redes