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Todo ocurrió cuando el pibe de 22 años ingresó al mercado con la intención de armarse una picada y se dirigió al sector de los embutidos.
Ahí tomó dos con un precio aproximado de 1400 pesos y en vez de llevarlo a la caja registradora, intentó esconderlo dentro de su ropa interior.
Pero no contó con que los dueños del local lo descubrieran por el polvo blanco del moho que protege los salamines picado grueso que había ensuciado sus pantalones.
Fue el vigilante del lugar quien se percató en primera instancia de la situación, como que algo raro estaba pasando.
El guardia junto a la cajeras y los dueños lo retuvieron hasta que llegó la policía. Según se supo no era la primera vez que cometí este tipo de actos en el local comercial sin pagarlos.
La fiscal Melisa Serena ordenó que el aprehendido sea remitido a dicha dependencia y se constate si tiene antecedentes penales.

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