El 4 de febrero de 2001 Isidoro Mariano Losanovscky Perel de 56 años y su esposa Rosa Berta Golodnitzky de 49 (psicóloga) fueron eran hallados muertos en una habitación del apart-hotel “Puerto Hamlet” en el balneario de Cariló, comenzando así una investigación que se prolongó por más de 20 años que no llegó a conclusión alguna sobre cómo sucedió el hecho y su móvil, a tal punto que recientemente fue cerrada por el Fiscal que la tuvo a cargo en su último tramo, el Dr. Diego Bensi.
La controversia desde iniciada la investigación y que se
mantuvo a través de los años, era entre los que sostenían que se trataba de “un
homicidio perpetrado con inocultable sello mafioso” y los que decían que Perel
“había matado a su mujer y luego se había suicidado”.
Los primeros a partir del informe del médico forense que
determinó que la pareja había muerto por disparos en la nuca, hechos de atrás
hacia adelante y de abajo hacia arriba, no advirtiéndose en ambos signos de que
hubieran intentado defenderse.
Los cuerpos habían sido hallados sobre la cama, el hombre
boca abajo y la mujer de costado, ambos vistiendo con pijamas. En el cuarto se
habían encontrado dos armas: un revólver calibre 10,16 y una pistola Walter
7,65, además dos vainas servidas de esta última arma. Sobre un escritorio una
carta, que en inglés decía: «Soy un gringo colaborador del Citibank, muerto (o
asesinado) por no pagar la coima (o rescate) de Antfactory Latin América del
Citigroup», sobre la que nunca se logró explicación, ni siquiera quién la
podría haber escrito, aunque sí, que se lo había hecho en la computadora del
financista e impresa en el lugar donde por entonces trabajaba.
Una de las primeras hipótesis hablaba por entonces de una
relación de Perel con integrantes de un cartel mexicano de Juárez, de un
conflicto que había tenido con miembros de esa organización y que eso había
sido el detonante del doble crimen, incluso se hablaba de sicarios ingresados a
nuestro país por la ciudad brasileña de Foz de Iguazú. «Se trató de un trabajo
muy profesional y organizado. Los asesinos se acercaron a la cabaña de los
Perel y entre las 2 y 4 de la madrugada del 4 de febrero ingresaron y los
durmieron con un aerosol», explicaban quienes sostenían la hipótesis que se
trataba de un crimen.
Sin embargo, dos años después del hecho un informe de
inteligencia policial, muy difundido por quienes lo habían formulado pero de
cuya existencia nadie pudo dar fe, sugería que el empresario había matado a su
mujer y luego se había suicidado, lo que se explicaba sosteniendo que el
financista estaba agobiado por deudas, que primero había disparado contra su
esposa enferma y luego se había matado con el único fin que sus herederos
cobraran un seguro de vida.
La investigación había logrado determinar que en enero de
ese 2001 Perel había dado de baja los servicios de Internet, de telefonía
celular y radiomensaje con el fin de reducir gastos mensuales. Que tres días
antes de su muerte había sacado dinero de una cuenta corriente del Banco Río y
de las tarjetas hasta el límite de su crédito, presumiéndose que ese dinero lo
había utilizado para costear su estadía en Cariló.
Un dato que llamó la atención de los investigadores con el
paso de los años, fue que los familiares nunca se presentaron para impulsar la
investigación, que solo viajaron a nuestra ciudad a pocos meses del hecho para
retirar todos los efectos personales secuestrados, lo que también hicieron años
después para retirar la Notebook del financista.
Con el paso del tiempo la investigación fue quedando
relegada, pasaron distintos fiscales, pero prácticamente desde 2003 en adelante
ningún elemento o resolución se agregó con el fin de dilucidar los motivos de
la muerte de la pareja, la decisión del Fiscal Dr.
Diego Bensi de la semana pasada de cerrarla, indicando en su resolución:
(…) “Que pese a las innumerables tareas investigativas
llevadas a cabo tendientes a determinar la materialidad ilícita y en su caso la
responsabilidad, a criterio del suscripto de todo lo actuado no ha sido posible
reconstruir con certeza la mecánica y/o forma en que se produjeron los disparos
de arma de fuego que ocasionaron la muerte de Perel y su cónyuge Golodnitzky,
fundamentalmente en cuanto al sujeto activo de dicho accionar”.
(…) Que los elementos probatorios “no permiten concluir con
meridiana claridad respecto de la participación de terceras persona…”.
(…) Que desde el comienzo de la investigación se ordenaron
medidas investigativas tendiente a desentrañar la cuestión, buscándose un
posible móvil y a partir del mismo sus responsables, no habiendo las mismas
arrojado resultado positivos”.
(…) “Que de los distintos informes elaborados por la
Comisión Perel del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires y el
informe final de conclusiones y consideraciones de fecha 6 de febrero de 2002…,
surgen las diversas tareas investigativas…”, pero que ninguna “ha podido
robustecerse para poder determinar un posible móvil y a partir del mismo
enderezar las tareas a fin de individualizar a los posibles responsables,
encontrándose a criterio del suscripto agotada la investigación”.

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