Fue un 9 de julio de 2014 la última vez que los madariaguenses se volcaron a las calles para festejar por la Selección Argentina. En aquella oportunidad, en San Pablo, Brasil, el combinado nacional vencía a Holanda en los penales por 4 a 2 y llegaba a la final de la Copa del Mundo.
Los
mundiales son especiales para los argentinos quienes comienzan a tocar bocinas
ya desde la etapa de cuartos de final. Pero ese mundial tenía el aditamento que
se disputaba muy cerca, en tierra de un eterno rival latinoamericano. Es,
justamente, el rival y la tierra en donde esta noche el esquipo de Lionel
Scaloni buscará una consagración y romper la racha de una sequía de 28 años.
Aquel 9 de
julio, en Madariaga, la gente se volcó a las calles a festejar. El punto de
congregación es el siempre el mismo: Sarmiento y Avellaneda.
Hoy,
pandemia mediante, con protocolos y aún con algunas restricciones, todo indica
que un eventual triunfo nacional volverá a congregar a los fanáticos.



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