Fue un 11
de junio de 2020 cuando la placa del municipio indicaba, al filo de las 19
horas, que se rompía el cero en el distrito en cuanto a casos de Coronavirus
positivos.
Hasta ese
entonces se habían realizado desde marzo –mes de inicio de la pandemia- menos
de 50 hisopados en el Hospital y en la ciudad una sirena marcaba a las 14 horas
el retorno de todos a casa. Por aquel entonces sólo se podía salir a hacer
compras, no funcionaban bares y los comercios abiertos no eran tantos como con
las restricciones actuales.
Había
expectativa. Estaban los que pensaban que los controles en el acceso o la casi
nula circulación nocturna podrían freno a un virus que ha ya ha afectado a
todos el mundo.
Un nene de
11 años fue el primero en dar positivo al hisopado. Su resultado llegó
procedente del INE de Mar del Plata. El pequeño había ingresado con fiebre,
problemas respiratorios y luego se le detectó una neumonía.
Esa misma
noche se montó un gran operativo en la casa donde vivía junto hermanos y
abuela. Todos fueron hisopados y todos dieron negativo. Con los pocos datos
recolectados nunca se pudo establecer fehacientemente un nexo epidemiológico.
Todos terminaron aislados y, si bien pedían una contraprueba, debieron aguardar
varios días hasta que se re realizaran varios hisopados que dieron negativo.
Hubo
malestar con el municipio por publicaciones oficiales que daban cuenta de una
fiesta familiar, en cuestión de horas ya los aislados ascendían a 30 y debieron
pasar 14 días en sus domicilios y recibiendo alimentos en la puerta de casa.
La cadena
de audios con datos poco fiables y el ser los primeros de una lista que ya
incluye a más de 2500 personas hizo que durante semanas sean señalados.
A un año,
lo ocurrido es casi anecdótico en medio de una pandemia que, en Madariaga ya
causó 53 muertes.




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