Una nena de 10 años detuvo a fuerza de señas de ayuda y socorro a una patrulla policial en la zona de Avenida Caseros y Avenida Buenos Aires.
Los oficiales al entrevistarse con ella escucharon el crudo relato de los que se desarrollaba a metros de ese lugar: su mamá y su padrastro estaban en medio de una pelea brutal que incluía revolcones, patadas y arañazos.
Los policías pidieron apoyo y al llegar al domicilio vieron salir a la mujer quien, completamente enajenada, les pedía que se fueran y les reprochaba que cuando fueron robados nunca habían ido al lugar. Mientras discutía, los policías vieron marcas en sus brazos y codos compatibles con la golpiza.
Fueron segundos y salió el hombre a los gritos pidiendo que se lleven a la mujer. “Me tiene podrido” decía mientras también exponía golpes en la cara y brazos.
La pelea de ambos fue virando hacia un encontronazo con la policía y la pareja fue esposada y llevada a la comisaría.
La mujer fue liberada y el hombre, quien posee antecedentes condenatorios, aún estaba demorado y no se descartaba su detención.




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