La cantidad de concurrentes y la falta de sillas obligaron al retorno de un clásico: "el banquito traído de casa".
Sillas de jardín, playeras, plegables y hasta tronquitos sirvieron para que mayores y chicos pudieran ver el espectáculo.
En la segunda noche de La Pasión se apreciaron mejoras con respecto al jueves: un escenario más completo, con palmeras y ramas, cascos "flamantes" de guardias, instalación de máquina de humo y óptima coordinación de luces.
Cuando el reloj marcó las 21 horas, un video institucional, que se confeccionó con fotografías aportadas por profesionales madariaguenses y público en general, fue puesto en dos pantallas que, una vez desmontadas, dejaron al descubierto el escenario.




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