La Casa Rosada siguió de cerca hasta entrada la madrugada de
hoy lo que sucedía en el Congreso de la Nación. En los pasillos y despachos del
palacio de Gobierno, el debate por el presupuesto en la Cámara Baja era
prácticamente el tema excluyente. Pero el ánimo fue cambiando con el
transcurrir de la noche, en función de lo que iba pasando en el recinto.
En la previa nadie dudaba de que se lograría la aprobación
del Presupuesto 2026, pero el traspié para derogar las leyes de discapacidad y
financiamiento universitario, que si bien no sorprendió en el Gobierno fue
conseguido por un número mayor de lo esperado, ahora abre una incógnita sobre
cómo se avanzará con ambos puntos.
En Balcarce 50 ya advierten que si no se cambia en el
Senado, todo indica que el proyecto será vetado por el Gobierno, ya que
considera que rompe con el “déficit cero”.
En el primer piso del Palacio de Gobierno se ilusionaban en
la previa con tener el primer presupuesto con esa meta, aprobado por el
Parlamento. No pudo ser y las miradas apuntaban a los gobernadores que, aunque
lo avisaron en la previa, votaron en contra del capítulo que incluía la
derogación de las dos leyes.
Allí se inscribieron los nombres de Osvaldo Jaldo de
Tucumán; Raúl Jalil, de Catamarca y Gustavo Sáenz, de Salta. Pero más señalados
aún son los que no avisaron nada y sorprendieron en el último momento, con los
que Balcarce 50 tiene buena línea, como Gustavo Valdés, de Corrientes; Rolando
Figueroa, de Neuquén, y Leandro Zdero, de Chaco.
El malestar por lo sucedido era palpable este jueves en el
corazón libertario, pero en primera instancia no había pases de factura
interna. La mira estaba puesta en esos gobernadores y sus comportamientos.
La del Presupuesto era considerada una batalla que apuntan a
completar con la media sanción de la reforma laboral, el próximo 26. Y aunque
había reconocimiento de parte de lo que sucedió, no lo consideraban una derrota
total, pero sí reconocían que no era los esperado.
Anotarse ambas victorias legislativas antes del final de año
es la meta que se impuso el corazón libertario para cerrar el 2025. Una apuesta
grande, pero en la que también hay confianza en las filas del Ejecutivo que
pueda terminar sucediendo esa media sanción de la “denominada modernización laboral”
antes del receso de enero.
En la previa al resultado final y para terminar de
consolidar lo que se había negociado hasta ahora y seguir de cerca los tramos
finales de las negociaciones, el ministro del Interior, Diego Santilli, “mudó”
esta semana su despacho de la planta baja de Casa Rosada.
En menos de 45 días se reunió con los 20 gobernadores que
firmaron el Pacto de Mayo y con quienes, en reuniones encabezadas por Manuel
Adorni, buscaron conseguir el apoyo, cediendo en determinados puntos a cambios
de votos. Cuando el reloj se acercaba al comienzo de este miércoles, se cedió
más de lo que inicialmente se había pensado, contemplando también la inclusión
de la deuda con Ciudad de Buenos Aires por la coparticipación en el
Presupuesto.
Aunque la confianza en que el proyecto saldría estaba, en el
palacio gubernamental también se mostraban prudentes admitían que estaba
“ajustado” y que, aunque parecía segura la aprobación, “no era fácil”.
Sin embargo nunca esperaron lo que este jueves por la mañana
terminaron señalando respecto de que el presupuesto tal como quedó ya no sirve
y que podría ser vetado.
Sin embargo, en Casa Rosada se mantuvo y mantiene la
confianza en la estrategia que definió la secretaria General de Presidencia,
Karina Milei, a través de las personas de su confianza: Adorni, Santilli y los
primos Martín y Eduardo “Lule” Menem.
La complicación, advertían, estaban en los puntos que
finalmente no fueron aprobados. “Nadie quiere cargar con votar algo
antipático”, señaló uno de los consultados en referencia a discapacidad y
financiamiento universitario.
En Casa Rosada también estaban quienes relativizaban las
críticas de Pro por las elecciones de las autoridades de la Auditoría General
de la Nación (AGN) que abrieron una nueva tormenta con el espacio con el que
fueron en conjunto durante las últimas elecciones. Desde Pro se denunció una
“grave violación a la Constitución Nacional”. Por eso la bancada amarilla se
retiró del recinto junto a la UCR, la Coalición Cívica y Provincias Unidas en
reclamo por la medida.
También en las filas libertarias daban de bajas la posibilidad
de haber tenido un “arreglo” o acercamiento con el kirchnerismo.
Sin embargo, había quienes admitían que el clima puede
impactar en el Senado. Las declaraciones de Cristian Ritondo, que habló de
falta de códigos, y, dirigiéndose a Martín Menem, advirtió: “Este bloque, el
Pro, el que lo viene sosteniendo en las votaciones, como hasta recién, va ir a
la Justicia a declarar inconstitucional (la designación de autoridades de la
AGN). Que le quede bien claro, que la falta de códigos, de respeto con los compromisos
asumidos, corre por cuenta de LLA y por quien preside esta Cámara".
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo

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