Es hermosa por dentro y por fuera, está ubicada en pleno
centro, cualquiera que desconoce o descree de los aterradores relatos que son
secreto a voces en Cipolletti daría cualquier por vivir en semejante mansión.
Pero la supuesta casa embrujada de Irigoyen y Sáenz Peña,
vuelve a ser mirada de reojo ya que a nuestra redacción se acercó un valiente
vecino dispuesto a brindar un escalofriante y exclusivo testimonio sobre su
dramática experiencia en el lugar.
Comerciante muy estimado del centro, confió que “tuve dos
parejas amigas que estuvieron allí, fui varias veces y hasta pasé una noche en
esa casa. Intenté dormir pero no pude pegar un ojo…”.
Enseguida, los compañeros de LMC comenzaron a parar la
oreja, hacer una pausa laboral, abandonar sus computadoras y rodear al
carismático sujeto.
“Vi que salieron varias notas y digo por ahí les sirve mi
palabra. Lo único que les pido es no publicar mi nombre y no porque no sea
verdad lo que cuento sino para no herir susceptibilidades ni que se enojen los
dueños de la casa”, argumenta este cincuentón, con domicilio sobre calle 9 de
Julio a pocas cuadras de la morada aparentemente tenebrosa.
Cómo es una noche en la casa embrujada
“Me tocó dormir una noche ahí y puedo confirmar que todo lo
que se hice es cierto, no pegué un ojo, salí aturdido, sorprendido”, aseguró y
teniendo en cuenta el respeto que se ganó por su trayectoria y calidad humana,
cuesta no creerle.
El suspenso ganó terreno. Misterio y expectativa en torno a
quien a la vez es un “fiel lector de LMC”.
“Se prendían las luces, se abrían las puertas, las canillas.
Eran las 2, las 3 de la mañana. Cerrabas una puerta, al rato se abrían;
apagabas la luz, al toque se encendía sola. Expliquenmela…”, desafío a sus
interlocutores en medio de su escalofriante confesión.
“A otros amigos que en todos estos años vivieron allí les
pasó lo mismo”, agregó con la mirada clavada en la ventana, como buscando
respuestas sobre la presunta casa embrujada...
Seguidamente, intentó él encontrarle una explicación al
fenómeno paranormal y recordó que “la leyenda decía que antiguamente la zona
era parte territorial indígena y que ahí vivía un jefe indio”.
Y aportó nuevos datos que meten miedo. “Vivió un budista
también allí y se tuvo que ir. También un dentista amigo, es que no es nada
gracioso. Te acostas a dormir y pasa todo eso. Te enloquece”, culminó el
estimado W.
Otros testimonios de vecinos
“Hubo una época que era un desfile de inquilinos. Entraba
uno y se iba a las dos semanas espantado por lo que sucedía allí adentro.
Imaginense que no era una inversión menor para quienes entraban a la mansión y,
sin embargo, cada vez que pasaba por allí estaba el flete en la puerta cargando
los muebles de los que se iban muertos de miedo”, aseguró tiempo atrás otro
vecino con conocimiento de causa.
En su momento, en el muro Cipolletti de Ayer donde se
instaló el delicado y sugestivo tema, desde la cuenta de Emma M se aseguró en
un mismo sentido: “Pasaron muchos inquilinos por ahí, no suelen durar mucho
tiempo, la casa está actualmente, yo vivo a unos metros de ahí”.
Por otra parte, una muchacha que dijo trabajar cerca echó
leña al fuego: “Yo no quiero salir a hablar, a mí no me consta nada de lo que
se dice, pero sí algún albañil que trabajó allí me confesó que de noche los
platos volaban, las cosas aparecían desordenadas a la mañana siguiente, es una
cosa de locos”.
Creer o reventar…
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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