Desde antes del amanecer de este sábado, las veredas de la avenida del Libertador al 200, en Vicente López, se poblaron de mantas, reposeras y termos de café. A las nueve de la mañana, Decathlon, la reconocida cadena francesa de artículos deportivos, abrió oficialmente su nueva tienda en el país y el clima es de euforia. Hay más de tres cuadras de fila, un operativo de seguridad desplegado y un sistema de ingreso por tandas con números asignados a los primeros asistentes.
Fundada en Francia en 1976, Decathlon se convirtió en una de
las mayores cadenas de equipamiento deportivo del mundo, con presencia en más
de 60 países. Su propuesta combina productos de desarrollo propio con una
política de precios accesibles, lo que la hizo popular entre deportistas
aficionados y profesionales. Su llegada al país representa una apuesta fuerte
al consumo local: indumentaria técnica, calzado, bicicletas y accesorios para
más de 70 disciplinas, concentrados en un mismo espacio.
Este sábado entre los primeros en llegar estuvo Franco, que
viajó desde La Plata junto a un grupo de amigos y su pareja. “Llegamos ayer a
las cinco de la tarde. Dormimos en la vereda. Los chicos de seguridad armaron
un buen vallado y pudimos descansar para ser los primeros en la fila. Estuvo
muy bien organizado”, relató mientras sostenía su número de
ingreso.
Fanático del trekking, explicó que lo motivó la expectativa
por los descuentos: “Nos encanta la marca, la venimos siguiendo desde Brasil.
Venimos por los gifts cards, que oscilan entre $50.000 y $400.000. Somos
fanáticos del trekking y esperamos encontrar buen precio y calidad. Desde que
llegamos el clima con la gente es de buena onda, todos ofreciendo café y
galletitas”.
La escena se desarrolló con entusiasmo y orden. Personal del
local organizó la fila y reparte tickets numerados. Daylin, promotora de
Decathlon, detalló cómo se prepararon para organizar la convocatoria: “Llegué a
las cinco de la mañana. Sabíamos que iba a venir mucha gente. Otorgamos números
para que la entrada sea ordenada. Ahora hay 400 personas haciendo la fila. A
esos primeros 300 se les va a aplicar el descuento. A las personas con
discapacidad se les dio prioridad. Hay cupos de entrada para 700 personas”.
Según explicó, los primeros clientes recibirán además un
gesto simbólico de agradecimiento: “La idea es regalarles algo para desayunar,
como alfajores y cafés, luego de la apertura, para agradecerles el tiempo
esperado”.
A unos metros de ella, a mitad de la fila, Cecilia, vecina
de Núñez, sostenía su comprobante con el número 119. “Estoy esperando desde las
cinco de la mañana. Vine por los vouchers para gastar dentro del local. Es por
orden de llegada. Me parece buenísima la convocatoria y que haya tanta gente
reunida. Es ropa deportiva más barata y de buena calidad, ese es el
diferencial”. En tanto, y entre los murmullos de quienes revisaban los
catálogos desde sus celulares, comentó que la espera también genera un clima de
comunidad: “Además se va a generar más seguridad en la zona. Como hay más gente
circulando va a haber más presencia policial”.
Unos pasos más atrás, Christopher, quien vive en Vicente
López, explicó a este medio que planificó la jornada desde hace semanas: “Estoy
desde las seis de la mañana, soy el número 122. Una chica del Decathlon estaba
desde temprano para explicarnos cómo iba a ser el procedimiento y nos dio
números para asegurar una entrada organizada. La gente va a ir entrando en
tandas”.
Tras ello contó que siguió la apertura por redes y medios:
“Empecé a ver carteles y publicaciones en Instagram sobre el horario de
apertura. Organicé todo y dije: el sábado lo fijo para el Decathlon”. Con su
casco colgado en el manubrio de la bicicleta, agregó: “El entusiasmo es por la
promoción de las gift cards. La empresa es muy conocida, me hablaron muy bien
de ella. Espero que el día de mañana vengan más marcas a la Argentina. Esto va
a generar trabajo y más movimiento en la zona”.
A medida que el reloj marcó las nueve, los primeros grupos
comenzaron a ingresar entre aplausos, flashes y exclamaciones.
Los primeros en llegar a Decathlon
La apertura de la nueva sede de Decathlon en Vicente López
se vivió como una escena sacada de los años 90: música fuerte, pasillos
colmados de clientes, góndolas repletas de mercadería importada y cientos de personas
empujando carritos.
Familias, jóvenes deportistas y curiosos recorrieron los
pasillos -al ritmo, por ejemplo, de “Another One Bites the Dust” de Queen-
mientras elegían zapatillas, mochilas y camperas. La inauguración, más parecida
a la previa de un recital que a la de un sábado de shopping, combinó entusiasmo
y expectativa, con un movimiento incesante en los sectores dedicados a
trekking, running y natación.
“Los productos están bien colocados, cada cosa tiene su
lugar. Encontrás todo fácil. Hoy hay demasiada gente. Parece un boliche. Es
caótico caminar. La gente se choca entre sí, pero el clima es respetuoso. Las
filas de las cajas van rápido. La música está muy alta”, contó uno de los
asistentes, Santino,..
En su repaso, se refirió a los precios: “Hay cosas que están
muy caras, otras muy en precio. Por ejemplo, en Europa, los pantalones
desmontables de trekking los conseguís más baratos que acá. Pero las mochilas
Quechua que usa todo el mundo están más baratas que en otros lugares. Cumplió
con mis expectativas, el lugar es igual a todos los Decathlon”.
El movimiento fue intenso desde temprano y, puertas adentro
se notó: góndolas abastecidas, reposición constante y personal guiando el flujo
de personas en accesos, probadores y líneas de caja.
Daniel, que llegó al amanecer, resumió su primera impresión:
“Es muy alocado lo que se está viviendo acá. Vine desde San Telmo a las 6 de la
mañana, recién ingresamos a las 9 de la mañana. Los precios, dentro de todo,
son normales. La calidad es muy buena. Hay mucho stock de mercadería. Nos
dijeron que hay muchos productos por ingresar, por el cambio de temporada. Se
puede comprar tranquilo a pesar de la gran cantidad de gente”.
Quienes conocían la cadena por viajes al exterior fueron
directamente a testear equivalencias de productos, mientras que los que
ingresaban por primera vez se sorprendieron por la amplitud del espacio y el
surtido concentrado en un solo piso.
Agustín lo puso en palabras: “Para mí esto es una novedad.
Superó mis expectativas, es bastante similar a los locales que están afuera.
Está muy bueno. Hay más gente de la que pensaba. Hay cosas que están baratas.
Pensé que iba a ser mucho más caro. Me sorprendió para bien”.
La lectura generacional se repitió entre los compradores.
Silvia y Guillermo, pareja que recorría con lista en mano, lo definieron así:
“Siento que volvimos a los 90, por la variedad de marcas y la ansiedad del
consumo. Hace muchos años que no abría un Decathlon en la Argentina. La
relación precio-calidad que ofrecen es muy buena. Aunque hay mucha gente, está
todo muy bien controlado y los que atienden son muy amables. Las filas son
largas pero avanzan rápido”.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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