Este 29 de octubre se cumple un año del derrumbe que conmocionó al país el año pasado: un sector del edificio conocido como Hotel-Apart Hotel Dubrovnik en la localidad balnearia de Villa Gesell se desmoronaba en plena noche y sorprendía por la magnitud del sucedo inimaginado para todos los vecinos.
El colapso estructural se produjo durante una noche en la que el edificio estaba habitado; la caída de parte del bloque dejó 9 víctimas fatales, heridos, equipos de rescate trabajando durante horas y una investigación aún abierta que espera resultados de pericias.
El episodio se inició con el desplome de sectores del volumen constructivo: hubo caída de losas, columnas y mampostería que provocaron el atrapamiento de personas en el interior y el derrumbe de vehículos y mobiliario.
Tras la emergencia, llegaron al lugar bomberos, policías, equipos de Defensa Civil y unidades de rescate con perros, y se montó un operativo de búsqueda y salvamento que se extendió por muchas horas. Se registraron, además, evacuaciones preventivas de inmuebles adyacentes por riesgo de nuevos colapsos.
La tragedia dejó un número de fallecidos que elevó la conmoción local. Además de las víctimas mortales, hubo heridos con golpes y contusiones.
El derrumbe reabrió el debate sobre la seguridad de construcciones antiguas o sometidas a reformas, la necesidad de control de obra y la fiscalización periódica de estructuras que alojan público.
A 12 meses todavía se esperan resultados de pericias que fueron encargadas a un cuerpo especial. Los resultados llegarán el mes que viene; aunque ya se conocen algunos informes solicitados al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
El fiscal a cargo es Juan Pablo Calderón quién en los últimos días se reunió con familiares de las víctimas para explicarle lo realizado hasta el momento y llevar tranquilidad acerca de los avances que se esperan en esta etapa de la investigación dado que el reclamo de justicia aumenta por el aniversario.
La causa tiene 5 procesados por estrago culposo agravado por la multiplicidad de víctimas. A ellos se suman otros 5 que son imputados. Las penas van de 1 mes a 5 años de prisión.
“Estamos esperando todo con ansia. El Dubrovnik tenía más de una obra realizándose en simultaneo. Una con autorización o y la otra no. No sabemos si fue una de las dos o si fueron las dos las que causaron el colapso. Puede existir una multiplicidad de factores que llevaron a este resultado. Si esto es así todos tendrían responsabilidad en este delito de estrago culposo, pero faltan conclusiones”, dijo calderón meses atrás al hablar con CNM Radio de Madariaga.
El fiscal reconoció que hablar de tantos fallecidos y una pena tan escasa deja un sinsabor en los familiares de las víctimas y en la sociedad. Inclusive, de mantenerse esta caratula, todos podrían quedar con una pena de ejecución condicional y en libertad.
“La imprudencia debería ser penada de manera más fuerte. Pero es algo que deben cambiar los legisladores del Código Procesal Penal. Hoy debemos esperar los resultados de todo, evaluar y pisar en firme a la hora de acusar.”; agregó quien comanda la investigación.
Los imputados
Antonio Arcos Cortés: Propietario del hotel.
Daniel Eduardo López y Nahuel Eduardo Castilla: Representantes del grupo propietario.
Jorge Bonavita: Arquitecto vinculado a la obra.
Martha Ruth Pérez Schneider: Arquitecta que presentó documentación del proyecto de ascensor.
María Laura La Gagna: Otra arquitecta involucrada.
Rubén Taquichiri: Arquitecto o contratista involucrado en la obra.
Otras Personas Vinculadas
Capataces y albañiles: Se imputó a cuatro de ellos por estrago culposo agravado, incluyendo a Celso Paco Pérez y su hijo Sergio Daniel.
Otros involucrados: También se vinculó a la causa a Pablo Russo, Mariana Cortés y Mariana López, todos relacionados con la firma dueña del hotel.
Las víctimas que todo Gesell recuerda
El derrumbe se cobró la vida de Federico César Ciocchini, de
84 años, quien al momento del hecho dormía en su vivienda contigua al
Dubrovnik, en el edificio Alfio 1. El jubilado estaba acompañado de su esposa,
María Josefa Bonazza (79), la única sobreviviente del colapso que conmocionó a
la comunidad. El matrimonio había viajado desde Balcarce con la intensión de
pasar unos días allí.
Federico César Ciocchini era hijo de Cleto Ciocchini, un
destacado pintor de la primera mitad del siglo pasado, Federico siguió los
pasos de su padre y se convirtió en artista. Desarrolló la mayor parte de su
carrera en la ciudad de Mar del Plata, incursionando también en la escultura.
De hecho, el Museo del Hombre del Puerto en La Feliz exhibe en su entrada una
placa de mármol con la cabeza pasada a bronce de su padre.
Su cuerpo fue hallado horas después del derrumbe. “El único
consuelo que me queda es que lo de él fue instantáneo, no sufrió nada”, lamentó
Josefa al relatar ante la prensa la dramática situación que atravesó. La mujer,
conocida en su entorno como “Pelusa” y originaria de Balcarce, donde es dueña
de un local de ropa junto a sus hermanas; fue rescatada tras estar ocho horas
debajo de los escombros.
Dos días después del colapso del edificio, fue encontrada
sin vida María Rosa Stefanic (52). “Rosita”, como la llamaban quienes la
conocían, tenía 52 años y era la ex dueña del hotel: había logrado venderlo,
aunque seguía residiendo en el lugar. No tenía hijos y era amante de los
animales, tal como lo muestran las imágenes de sus perros que solía publicar en
su perfil de Facebook.
El Dubrovnik había sido fundado por sus padres, inmigrantes
croatas. Su papá era oriundo de la Isla de Krk, mientras que su madre había
nacido en la ciudad por la cual se bautizó el apart hotel. “Tratamos de seguir
el idioma. Seguimos con las canciones. Nos gusta por internet leer los diarios
y escuchar música, para no cortar”, relataba Rosita en una entrevista para Bar
Croata en 2015. Hasta ese momento, ya había visitado entre 7 y 8 veces ese
país.
Stefanic buscaba vender el Dubrovnik desde hacía tres años y
había logrado concretar esa meta meses atrás. “Enviudó y estaba cansada”,
relató Jorge Cocco, director de la Asociación de Hoteles, Confiterías,
Restaurantes y Afines de Villa Gesell, quien la conocía. Tras concretar la
operación, continuó viviendo en el lugar, donde también residía su sobrino,
Nahuel José Stefanic, cuyo cadáver fue hallado el sábado pasado.
Nahuel tenía 25 años y vivía allí desde hacía cinco, tras la
separación de sus padres. Su mamá, Silvana Perhauc, lo describió como “un hijo
muy bueno”. “Estudió cocina y en la temporada trabajaba en el hotel”, dijo a
los medios. También contó que había salido a pescar poco antes del desastre. El
joven era pareja de Dana Desimone (28).
A los pocos días el equipo de rescate localizó el cuerpo del
carpintero Javier Fabián Gutiérrez, quien tenía 54 años y vivía en el partido
bonaerense de Merlo.
Gutiérrez había viajado a Villa Gesell a mediados de
septiembre. Su hermana y su sobrino contaron que se alojaba en una unidad del
segundo piso. En diálogo con la prensa, lo describieron como un padre ejemplar
que vivía para su hija de 15 años.
“Vino a trabajar con el sueño de tener un pesito más para la
familia. Vino solo, con sus pocas herramientas. Hablamos con él el lunes a la
noche (horas antes de la tragedia), estaba feliz”, revelaron. Sus seres
queridos le dieron el último adiós en una cochería de Ciudadela.
Luego de varios trabajos en empresas de seguridad, el hombre
se había volcado a la carpintería. Tras el derrumbe, se conoció un mensaje de
voz que le envió a un allegado y en el que confirmaba el mal estado en el que
se encontraba el edificio que estaba siendo refaccionado.
“Los de Gesell están invirtiendo un montón de guita en algo
que está prácticamente hecho pelota. Quieren darle una lavada de cara y ya no
quieren que sea apart hotel”, decía en el audio, donde además contaba que él se
ocuparía de la remodelación de los placares del primer al sexto piso. “El año
que viene, o cuando termine la temporada que seguiré, lo reemplazaremos todo
con melamina y sin puertas”, agregaba.
El mismo día fueron hallados otros tres cuerpos. Uno
correspondía a Ezequiel Juan Matu, quien residía en Mar del Plata. Tenía 38
años y era plomero. Siempre buscando incursionar en nuevos caminos, a lo largo
de su vida también había trabajado en otras actividades, como servicios puerta
a puerta de correo y mensajería. Vivía en el barrio 2 de Abril, a unas veinte
cuadras de la playa Varese.
Otra de las víctimas fue el gasista Mariano Troiano, de 47
años, con domicilio registrado en el barrio Villa Evita de Mar del Plata. Había
ido a Villa Gesell para realizar trabajos de plomería, dormía en el hotel para
avanzar con la obra sin demoras.
Su hija, Karen, contó que su padre había viajado dos semanas
antes de la tragedia. “La arquitecta le recomendó que se ponga un seguro de
vida, eso me pareció bastante raro porque nunca había solicitado esto para una
obra”, dijo la joven en La Nación+. Según precisó, su padre “fue a modificar
duchas, baños, y hacer arreglos estéticos de plomería”.
Mariano era un apasionado de la pesca, los cuatriciclos y
las motos, y disfrutaba pasar tiempo con su familia, así lo reflejaba en las
redes. “Hoy nos toca despedirte primo y la verdad que es durísimo. Fuiste un
gran primo y me guardo los mejores recuerdos. Agradezco haberte cruzado hace
poco y verte sonriente! Te voy a recordar feliz y alegre! Pero me duele en
alma. Te vamos a extrañar, Marian”, lo despidió una familiar, Jimena.
La otra víctima localizada el martes fue Matías Alberto
Chaspman, quien vivía en la localidad de Batán, dentro del partido de General
Pueyrredón. En el Dubrovnik, él realizaba trabajos de albañilería, y horas
antes de cumplir 28 años, el edificio se vino abajo. Era padre de una nena de 6
años. Matías disfrutaba hacer ciclismo, pasión que compartía con la madre de su
hija.
Sus familiares, amigos y conocidos, tanto de Batán como de
Lobería y Tamangueyú, lo despidieron con emotivos mensajes. “El ‘Chasmita’,
como te decía. Qué personaje eras, qué buen pibe. Hoy nos dejás con esta horrible
noticia. Fuerza a la familia”, lamentó un amigo.
Finalmente, los rescatistas dieron con el cadáver de Dana
Desimone. Ella tenía 28 años y era oriunda de Juan Nepomuceno Fernández, un
pueblo rural ubicado a unos 80 kilómetros de Necochea.
En dicha localidad vivió gran parte de su infancia, hasta
que su familia decidió mudarse. Con 10 años, se radicó así en el partido de
Lomas de Zamora, donde asistió al colegio Nuestra Señora del Huerto en
Temperley. Pese a la distancia, la joven siempre mantuvo el vínculo intacto con
su ciudad natal, dado que solía viajar para visitar a su abuela y amigos,
informó el medio La nueva comuna.
Durante la pandemia había iniciado un emprendimiento que
tuvo continuidad en Villa Gesell: una pastelería llamada “Lucky”. En la ciudad
balnearia, donde se encontraba con su pareja, Nahuel Stefanic, también
trabajaba en el hotel Dubrovnik, tal cual consta en los registros
previsionales.
Horas antes de la tragedia, Dana había compartido en sus
redes imágenes en la que se la veía disfrutando de la playa y tomando mates,
una de las actividades que disfrutaba en la ciudad.
María Josefa Bonazza fue la única extraída con vida del lugar del derrumbe pero sufrió heridas graves. Ella era la esposa de Federico y llegó a dar entrevistas en medio de una inmensa tristeza. Semanas después fue internada y falleció en Balcarce, por lo que se contabiliza como novena víctima.
Su caso fue paradigmático: sobreviviente inicialmente, relató luego que hizo sonidos tipo código para pedir auxilio y que luchó para llamar la atención de los equipos de rescate. Su muerte posterior, en un hospital de su ciudad, convirtió el caso de quien estuvo entre los rescatados en una muerte ligada a las consecuencias del derrumbe: lesiones, complicaciones médicas y la secuela trágica que sufrieron varios afectados.
Recopilación CNM Noticias
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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