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Un camionero de 33 años con la columna de un hombre de 60: fallo judicial a su favor


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Un camionero neuquino de 33 años obtuvo un fallo favorable de la justicia luego de que una pericia médica determinara que su columna vertebral presenta un deterioro equivalente al de una persona de 60. La situación se atribuye a los años de trabajo expuesto a vibraciones, malas posturas y movimientos repetitivos.


El caso fue analizado por los magistrados Patricia Clérici y Pablo Furlotti, de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería, quienes confirmaron la sentencia de primera instancia y ordenaron que la aseguradora de riesgos del trabajo indemnice al chofer.


La pericia médica


El estudio médico concluyó que el trabajador presenta “una columna equivalente a la de una persona de casi el doble de edad” y que el deterioro no debería haberse producido tan prematuramente salvo por la influencia de “factores externos que aceleran los procesos, como las vibraciones de cuerpo entero”.


Además, el informe señaló que el camionero estuvo sometido a otros riesgos laborales: “posiciones forzadas y movimientos repetitivos en el trabajo”, lo que reforzó el nexo entre la actividad y las secuelas actuales.


Con estos elementos, los jueces afirmaron que “surge en forma palmaria el nexo causal entre el suceso y las secuelas que padece, todo ello como consecuencia de los factores de riesgos a los que se vio sometido el actor durante el tiempo que trabajó como chofer de camión”.


La postura de la aseguradora


La ART intentó desvincularse argumentando que “en la actualidad los choferes no se encuentran sometidos a vibraciones por el tipo de butacas”. Sin embargo, esta explicación fue rechazada por los camaristas: “No alcanza a desvirtuar la afirmación del actor y del perito, ya que se desconoce desde cuándo habría comenzado a utilizar dichas butacas ni el tipo o condiciones en que se encontraban las unidades que manejaba”.


Primera instancia y daño psicológico


En primera instancia, la jueza laboral Sheila Lischinsky ya había dado la razón al camionero. La magistrada destacó que sus tareas incluían el traslado de “cargas peligrosas y camiones de riesgo por terrenos de piedra, en yacimientos con caminos en mal estado, expuesto a vibraciones constantes del cuerpo entero”. Según Lischinsky, esto aceleró “un proceso degenerativo que ocurre a medida que se envejece”.


La jueza también subrayó que los daños no se limitan al aspecto físico: “Presenta síntomas y signos compatibles con una dolencia psicológica, atribuible al hecho traumático por tener que transitar por estos padecimientos físicos”.


En consecuencia, el fallo fijó una indemnización significativa que ahora fue ratificada por la Cámara de Apelaciones, reconociendo el impacto de la actividad laboral en la salud del trabajador.


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