La secretaria general de la Presidencia y hermana del mandatario enfrenta su momento más complejo desde que asumió. Su nombre quedó ligado a audios que circulan por presuntos pedidos de sobornos, lo que detonó el mote de “Karina coimera” en redes sociales y memes que se instalaron en la opinión pública.
Karina fue la principal armadora política del oficialismo durante 2024 y 2025, definiendo cada paso electoral del año. Aunque logró algunos triunfos —uno en Chaco como socio menor y otro resonante en la Ciudad de Buenos Aires enterrando al PRO en su propio territorio—, acumuló más derrotas que victorias.
Uno de sus mayores errores, según dirigentes internos y opositores, se dio en Corrientes, donde desestimó sumarse a la victoria del radical Gustavo Valdés y apostó por un candidato propio que terminó en cuarto lugar. También tuvo desempeños flojos en provincias como Santa Fe y Salta.
A pesar de las críticas, su cargo no corre peligro inmediato. Javier Milei deposita en ella su máxima confianza y mantiene su respaldo incondicional. “No le veo ninguna virtud, pero el Presidente confía plenamente en ella”, dijo con dureza un libertario desplazado del círculo de poder.
Sebastián Pareja, el jefe de campaña bajo fuerte cuestionamiento
Designado como jefe de campaña bonaerense y candidato a diputado nacional para octubre, Sebastián Pareja quedó seriamente debilitado tras el resultado del domingo.
Meses atrás, rechazó un acuerdo con el PRO bajo los términos que pedía el macrismo, una decisión que hoy es vista por varios dirigentes como un error estratégico. En la elección provincial, la Libertad Avanza cayó por 13 puntos de diferencia, y su armado político no logró captar nuevos votantes.
Pareja era uno de los nombres que sonaban para presidir el bloque libertario en la Cámara de Diputados desde diciembre, reemplazando a Gabriel Bornoroni. Sin embargo, tras el mal desempeño electoral, esa posibilidad parece haberse evaporado.
Dirigentes que compartieron escenario con él fueron contundentes: “Ayer habló, dio un buen discurso, pero está muerto políticamente”, resumió uno de ellos. Ahora, incluso su continuidad como jefe de campaña para octubre está en duda.
Martín Menem, más estable pero salpicado por escándalos
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, conserva una posición más sólida que otros funcionarios, pero no está exento de problemas. Su gestión legislativa acumula costosas derrotas para el oficialismo, incluidas varias leyes aprobadas por la oposición y el rechazo histórico de un veto presidencial.
Además, también fue mencionado en los audios que lo vinculan a presuntas coimas, un tema que intentó desactivar seis días después de que estallara el escándalo. A esto se suman cuestionamientos por supuestos negocios con el Estado a través de empresas propias o de allegados.
Por ahora, Milei no evalúa removerlo, pero su margen de maniobra política se achica y su figura queda bajo la lupa en el Congreso.
Eduardo “Lule” Menem, el posible fusible
Mano derecha de Karina Milei y con peso en la definición de acuerdos electorales, Eduardo “Lule” Menem es otro de los nombres que aparece en el radar de cambios.
En los últimos días, su posición fue calificada como “endeble” por dirigentes del propio oficialismo. Algunos creen que podría convertirse en el “fusible” que entregue el Gobierno para calmar las críticas internas y externas tras la derrota. Sin embargo, fuentes de la Casa Rosada insisten en que, al menos por ahora, seguirá en su cargo.
Autocrítica y posibilidad de cambios acelerados
El Presidente Javier Milei mantuvo un tono moderado en su discurso post-derrota, reconociendo fallas tanto en el armado político como en la gestión económica. Según fuentes oficiales, la autocrítica incluye el diagnóstico de que, si bien se estabilizó la macroeconomía, las mejoras no llegaron al bolsillo de la gente.
La idea inicial era implementar correcciones políticas y económicas después de octubre. Sin embargo, la derrota por 13 puntos en la provincia de Buenos Aires podría precipitar los cambios. En Casa de Gobierno no descartan que haya modificaciones en el gabinete antes de las elecciones nacionales, tanto en el equipo de campaña como en el área económica.
La gran incógnita es si esos eventuales movimientos alcanzarán para revertir el clima adverso y recuperar terreno en las urnas, o si se trata de un daño ya irreversible para la estructura política libertaria.



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