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Cirujano británico condenado por amputarse las piernas para cobrar 590 000 dólares de seguro y consumir pornografía extrema


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Un escándalo estremeció al sistema de salud del Reino Unido: Neil Hopper, un cirujano británico de 49 años, residente en Truro, Cornwall, fue condenado a dos años y ocho meses de prisión por fraude de seguros. La Corte también lo responsabilizó por posesión de pornografía extrema. Según informó la BBC, Hopper engañó a las aseguradoras y a profesionales médicos para obtener ilegalmente más de 590 000 dólares.


La investigación judicial reveló que Hopper ocultó deliberadamente que sus lesiones fueron autoinfligidas. Utilizó hielo y hielo seco para dañar gravemente sus piernas, lo que lo llevó a justificar una amputación por debajo de la rodilla en mayo de 2019, afirmando falsamente que la causa había sido una sepsis. De esta manera, engañó tanto a médicos como a compañías de seguros, quienes aceptaron su versión sin sospechar que se trataba de una maniobra fraudulenta.


El fiscal Nicholas Lee sostuvo ante el tribunal que Hopper no actuó motivado únicamente por la codicia; también tenía un interés sexual en la amputación. Según la acusación, sus impulsos se entrelazaban con una obsesión por extirparse partes del propio cuerpo. Además, se conoció que intercambió mensajes con un amigo en los que expresaba que debía “sacarle el jugo” a la situación, y confesó sentirse satisfecho por la publicidad mediática generada por su caso. En su computadora se hallaron videos de mutilaciones corporales voluntarias, incluyendo escenas de extirpaciones religiosas altamente extremas. El juez James Adkin calificó el nivel de violencia en esos clips como “excepcionalmente alto”.


Las pistas también lo conectaron con Marius Gustavson, líder de una red global dedicada a la modificación corporal extrema y responsable del portal EunuchMaker. Hopper habría intercambiado cerca de 1.500 mensajes con Gustavson, incluso discutiendo métodos de amputación usando hielo seco. Gustavson fue condenado a cadena perpetua en 2024 (con un mínimo de 22 años de prisión), y su contacto con Hopper resultó clave para identificar al cirujano entre quienes formaban parte de esa oscura red.


La condena generó impacto inmediato en el Royal Cornwall Hospitals NHS Trust, donde Hopper trabajó desde 2013 hasta su detención. La institución aclaró a la BBC que ninguna conducta clínica profesional fue cuestionada. Contrataron a un experto independiente para revisar su trabajo y concluyeron que no existía evidencia de riesgo o daño para los pacientes. La policía local también confirmó que no halló pruebas de negligencia médica en su historial clínico.


No obstante, la noticia despertó conmoción entre varios ex pacientes, especialmente aquellos que también fueron amputados. Algunos contactaron a estudios de negligencia médica, preocupados por la confiabilidad del tratamiento que recibieron. Mike Bird, socio del despacho Enable Law, afirmó que el caso provocó “grave preocupación” y reclamó una investigación pública exhaustiva. En contraste, Jason Abbot, paciente cuya amputación había sido realizada por Hopper en 2022, comentó que “nunca dudó de su atención” y que la condena lo sorprendió profundamente.


El Servicio de Fiscalía de la Corona ya anunció que buscará recuperar los fondos obtenidos fraudulentamente a través de la Ley de Productos del Delito de 2022. Hopper permanece suspendido de sus funciones y bajo investigación, mientras las autoridades intentan restablecer la confianza pública en la integridad del sistema de salud.


El caso combina los rasgos de un escándalo sin precedentes: fraude millonario, autolesiones extremas y pornografía perturbadora. Ha sembrado dudas entre quienes confiaron en su profesionalismo y exacerbado la inquietud sobre la necesidad de mecanismos de control más rígidos en la medicina. Ex-pacientes exigen respuestas claras, una revisión profunda de las decisiones quirúrgicas y garantías de que este tipo de abusos no volverán a repetirse.


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