Home Ads Home Ads

Agustina tenía 3 años y la mataron a golpes: El único condenado, su padrastro sigue libre


Home Ads


 

La historia de Agustina es una herida abierta desde la madrugada del 5 de agosto de 2006, cuando la asesinaron a golpes durante un cumpleaños familiar en Río Grande. Lucas Gómez, quien en ese momento era la pareja de su mamá, fue el único condenado por el crimen pero todavía sigue en libertad.

“La Justicia no solo es lenta: también revictimiza. Obliga a las familias a revivir el horror, a exponerse públicamente, a gritar su dolor para que las escuchen”, sostuvo Rosalía Varela, la madre de Agustina, en diálogo con TN.

Y agregó: “Mi hija está muerta desde hace 19 años y su asesino sigue libre, eso es lo que la Justicia permitió. La justicia lo protegió (a Lucas Gómez) con sus tecnicismos”.

El caso sigue su curso en el Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego y se fijó como plazo de sentencia el 30 de octubre de 2025. Después de casi dos décadas de espera, quizás, ese sea el día en el que por fin se cierre el ciclo de impunidad.


 

“Yo necesito justicia por Agustina para poder cerrar el duelo; sin Justicia, no hay paz posible”, subrayó Rosalía.

La última noche

Lucas Gómez y Rosalía Varela se conocieron muchos años antes de aquella madrugada fatídica que cambió todo. Eran concuñados y también vecinos, y un día la amistad se convirtió en algo más y empezaron una relación.

La noche del 4 de agosto de 2006 Rosalía, embarazada de seis meses, fue acompañada por su pareja y su hija Agustina, de apenas tres años, al cumpleaños de una de sus hermanas. Pasada la medianoche, se empezó a escribir la tragedia.

“El 5 de agosto yo tenía que viajar a Ushuaia para una capacitación y Lucas iba a acompañarme, manejando”, relató Rosalía. Y apuntó: “Tuvimos una discusión porque él había tomado demasiado alcohol y me pareció irresponsable de su parte”.

Tras la pelea, Rosalía se fue a su casa y dejó a su hija en la casa de su hermana para que la cuidara durante su ausencia. “Me despedí de Agustina, la abracé y me dijo ’te amo hasta el infinito y más allá…', como siempre nos decíamos…Esa fue la última vez que la escuché y que la vi con vida“, recordó.


 

El crimen de Agustina Varela

Lucas Gómez se quedó en la reunión familiar después de que Rosalía se fuera. Según la investigación, el hombre acompañó a Agustina al baño y regresó al rato diciendo que la nena se había quedado dormida con una primita en una habitación. Nadie imaginó lo que estaba por pasar.

El timbre del teléfono despertó a Rosalía ya en la madrugada del 5 de agosto: “Era mi hermana desde el hospital para avisarme que Agustina estaba mal, que la estaban atendiendo”.

“Cuando llegué a la guardia la estaban reanimando…todavía resuena en mi mente el sonido de las máquinas cuando no reaccionaba... Me causaba un dolor desgarrador, que al día de hoy lo sigo escuchando", remarcó.

Cuando los médicos por fin salieron, la espera agónica se transformó en una pérdida que la desgarró por dentro. No habían podido salvarla.

Agustina murió cerca de las 7 de la mañana de un shock hemorrágico por politraumatismos y desgarro traumático de hígado. Tenía marcas de golpes en su cuerpo.


 

La versión del “accidente” y las dudas

“No se pudo saber quién había golpeado a Agus, hasta después de la autopsia. Para eso pasaron meses, porque se enviaron las pruebas a Buenos Aires. Fue todo un calvario, porque nos habían dicho que no se sabía la causa de la muerte... era dudosa. Nadie entendía nada”, contó Rosalía, y destacó: “Eran todos familiares que fueron a celebrar un cumpleaños y terminó una beba de 3 añitos muerta!”.

Entre tantas preguntas y casi ninguna respuesta, las explicaciones de Lucas Gómez sobre lo que había pasado esa noche después de que Rosalía se fue de la casa de su hermana no alcanzaban para sosegar el dolor que sentía.

“Me respondía como minimizando los hechos, me decía que Agustina se debía haber lastimado mientras jugaba, que podía haber sido un ‘accidente’”, indicó la mamá de la nena. La hipótesis que le ofrecía su pareja, aún sin saber todavía la verdad, la ponía en una contradicción por lo menos incómoda.

“Yo como mamá sentía que quien había acostado a Agus esa noche había sido la persona que la había golpeado”, afirmó.

Después, con los relatos de todos los testigos, se encuadró a Lucas en la escena, cuando salió de la habitación diciendo: “hagan silencio que Agus está durmiendo”.

“Fue una pesadilla lo que estaba viviendo. Quería despertarme y ver a mi hija, escuchar su vocecita otra vez. El silencio en mi casa era aterrador”, lamentó Rosalía. Como si fuera poco, la pesadilla judicial recién empezaba.

Condenas, absoluciones y demoras

Con el avance de la causa, Lucas Gómez fue el único imputado por el crimen de Agustina. Hubo pruebas y testimonios suficientes para que lo imputaran por el delito de homicidio simple pero todavía el caso estaba muy lejos de resolverse. “El mayor obstáculo fue la justicia”, resumió Rosalía, tajante.

“En el primer juicio lo absolvieron, pero desde la querella pedimos la nulidad y el Superior Tribunal hizo lugar, anulando esa sentencia”, indicó la mujer, al empezar a reconstruir el derrotero de tantos años. Pero en el segundo juicio, en 2014, lo volvieron a absolver.


 

“Cuando perdimos el segundo juicio yo misma le pedí a mi abogado, Francisco Gabriel Ibarra Rodríguez, que dejáramos todo como estaba porque ya no creía en la Justicia de esta tierra. Sentía que no podía aguantar más”, señaló la mamá de Agustina.

Y destacó: “Estar en un juicio penal no es como en las películas: es un proceso desgarrador, macabro. Tener que presenciar al asesino de tu hija sentado frente a vos, ver las imágenes de la autopsia de tu beba, escuchar a los médicos y peritos hablar de la sangre perdida, de las muestras… es horrible, indescriptible“. Su abogado, sin embargo, no claudicó y presentó un nuevo recurso en Casación.

Así se logró que en 2017, tras una revisión del expediente, la Justicia revocara la absolución y condenara a Gómez a la pena de 15 años de prisión por el homicidio de Agustina. En 2022, la Corte Suprema de Justicia de la Nación convalidó la sentencia, que hasta el día de hoy nunca se hizo efectiva.

“La causa se fue estirando una y otra vez, siempre a su favor. Cada recurso presentado fue un freno, una demora más. Por todo esto, después de 19 años, seguimos esperando”, señaló Rosalía.

Y cuestionó: “Como mamá, la justicia penal para mi es tremendamente macabra. ¿Cómo puede ser que el asesinato de mi hijita de tres años, una beba sin capacidad de defenderse ni de pedir ayuda, no haya sido ponderado como un criterio central para resolver este caso? ¿Acaso no es la Justicia la que debería estar del lado de las víctimas y de la sociedad?.

De pie, para pedir justicia

Lucas Gómez nunca declaró. Jamás pidió perdón. En ese silencio imperturbable se perdió la expectativa de explicar alguna vez la muerte injusta y absurda de una nena de tres años.

“Realmente nunca me imaginé que fuera capaz de hacerme algo así… no había ningún motivo para que actuara de una forma tan inhumana. No encuentro una palabra que lo describa, creo que cualquier palabra queda chiquita", lamentó Rosalía, decepcionada también por cómo actuó el entorno más cercano de Gómez - esa gente que durante años también fue familia para ella - después del crimen.

“Lo encubrieron en todo momento y esa complicidad duele todavía más, porque mientras que yo perdí a mi hija, ellos eligieron proteger al asesino”, aseveró.

Mientras Rosalía espera con esperanza renovada que el Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego se expida a fines de octubre para poder ver por fin a Gómez esposado y que empiece a cumplir la pena en una cárcel común, afloran los recuerdos de Agustina y la voz de su mamá se carga de emoción.

“Ella era una niña muy especial, yo la sentía como un regalo único. Fui la mamá más feliz del mundo”, expresó Rosalía ya sobre el cierre de la entrevista con este medio.

Primera nieta mujer en la familia, Agustina “creció mimada y rodeada de amor”. “Somos muchas las personas que la lloramos, que la extrañamos y que estamos hoy de pie pidiendo justicia por Agus”, concluyó Rosalía.



Home Ads

Home Ads
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo