La crisis deportiva de Boca Juniors no da respiro y el clima en torno al plantel comienza a tensarse cada vez más. En la previa del encuentro de este domingo frente a Independiente Rivadavia en Mendoza, aparecieron pasacalles con fuertes mensajes dirigidos a los jugadores en la puerta del hotel donde concentró el equipo de Miguel Ángel Russo.
Uno de los carteles colgados en las inmediaciones del Sheraton de la capital provincial rezaba: “La camiseta de Boca se tiene que transpirar”. Más allá de la omisión del “de” en la frase, el contenido fue interpretado como una clara advertencia hacia el plantel. La expresión, además, forma parte de un viejo cántico de la Bombonera que suele escucharse en momentos de crisis y que continúa con una estrofa contundente: “y si no, no se la pongan, váyanse, no roben más”.
El pasacalle no estaba solo. A pocos metros apareció otro con un mensaje todavía más directo hacia los futbolistas, entre los que se destacan figuras como Edinson Cavani y Leandro Paredes: “Están en Boca, respeten la camiseta y a su gente”. Ambos mensajes reflejan el malestar de un sector de la hinchada que, a pesar de la racha negativa, no apunta directamente contra Russo sino contra el compromiso del plantel dentro del campo de juego.
El contexto explica la tensión. Boca arrastra la peor seguidilla de su historia, con doce partidos sin victorias desde abril, cuando superó por 2-0 a Estudiantes bajo la conducción de Fernando Gago. Desde entonces, Mariano Herrón tuvo un interinato y Russo asumió nuevamente, aunque su tercer ciclo apenas acumula cinco empates y tres derrotas. En ese lapso, el equipo quedó eliminado en la Copa Argentina ante Atlético Tucumán y se despidió de manera prematura del Mundial de Clubes, con un empate que generó frustración frente al semiprofesional Auckland City.
El Torneo Clausura aparece como la última oportunidad para el Xeneize de conseguir un boleto a la próxima Copa Libertadores, certamen del que ya lleva dos ediciones ausente. Para lograrlo, debe ser campeón o ubicarse en los primeros puestos de la tabla anual. Actualmente se encuentra en la cuarta posición, aunque fuera de zona de clasificación directa, y penúltimo en su grupo del torneo local.
La derrota de Argentinos Juniors frente a Huracán en la jornada del sábado abrió una posibilidad: si Boca logra imponerse a Independiente Rivadavia en el Malvinas Argentinas, con el apoyo de 15 mil hinchas que viajarán a Mendoza, podrá volver a meterse en la pelea por un lugar en la Libertadores. La noche, sin embargo, se presenta decisiva no solo para el futuro inmediato del equipo, sino también para la continuidad de un ciclo que todavía no pudo arrancar.



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