El presidente Javier Milei fue formalmente notificado por la Justicia Federal y tendrá cinco días para explicar por qué retuiteó un mensaje que agravió a Ian Moche, el niño autista de 12 años que se convirtió en activista por los derechos de las personas con discapacidad. El mandatario, que hasta ahora solo se expresó mediante reposteos y comentarios irónicos, deberá presentar su versión de los hechos tras la demanda presentada por la familia del menor.
La medida fue dispuesta por el juez federal de La Plata, Alberto Recondo, tras el dictamen del fiscal Oscar Julio Gutiérrez Eguía, quien sostuvo que corresponde la competencia federal debido a que el posteo se realizó desde una cuenta oficial del Gobierno Nacional verificada con tilde gris en la red social X, lo que la identifica como perteneciente a un Jefe de Estado.
Una demanda que cambió de figura jurídica
La denuncia, inicialmente presentada como una medida autosatisfactiva, fue finalmente encuadrada como una acción de amparo. Esto permite al juez requerir al Poder Ejecutivo un informe sobre los fundamentos de su publicación y resolver, en un máximo de 48 horas una vez vencido el plazo de cinco días, si ordena o no la eliminación del mensaje agraviante.
El juez dispuso el pedido formal de descargo:
“Se requerirá al demandado, Poder Ejecutivo de la Nación, el informe que prescribe el art. 8 de la ley 16.986”, se lee en el expediente judicial.
¿Qué hizo Milei?
Todo comenzó cuando Milei retuiteó una publicación del usuario @hombregrisxd, con fotos de Ian Moche junto a figuras políticas como Sergio Massa y Cristina Kirchner. El mensaje cuestionaba la participación del niño en medios y señalaba que era parte de una supuesta operación política. Días después, cuando el periodista Juan Amorín preguntó en conferencia de prensa si el presidente pensaba eliminar el tuit, Milei volvió a retuitear, esta vez burlándose del periodista con frases como “domada” y “NOLSALP” (siglas de “no odiamos lo suficiente a los periodistas”).
En ninguno de los casos hubo una retractación, pedido de disculpas ni contacto con la familia, que desde entonces recibió ataques y amenazas en redes sociales por parte de usuarios afines al Gobierno. Incluso se difundieron fotos del domicilio de Ian y de su escuela, generando un fuerte repudio en redes y entre organizaciones de derechos humanos.
La reacción de la familia de Ian
La madre de Ian, Marlene Spesso, expresó en declaraciones a La Nación:
“Como familia tomamos la decisión de decirle basta a los ataques y a la violencia. No podemos permitir esto”.
También afirmó que ni ella ni su hijo tienen una filiación política y recordó que, incluso, el sueño de Ian era conocer a Javier Milei y contarle sus ideas. El niño ha sido recibido por funcionarios y legisladores de todos los espacios políticos y utiliza sus redes sociales para visibilizar el autismo y los derechos de las personas con discapacidad.
El abogado de la familia, Andrés Gil Domínguez, fue categórico:
“Señor Presidente, todavía está a tiempo de borrar el posteo y pedir una disculpa”.
La explicación oficial
Consultado durante una conferencia de prensa, el vocero presidencial Manuel Adorni intentó minimizar el hecho y dijo que “nunca se atacó a Ian Moche, sino a los periodistas que lo utilizaron”. Sin embargo, las publicaciones con la imagen del menor siguen activas y el entorno presidencial ha evitado cualquier gesto de conciliación.
¿Qué puede pasar ahora?
La Justicia tiene el desafío de dirimir si el accionar de Milei desde su cuenta oficial constituye un acto discriminatorio o lesivo contra un menor de edad. El hecho de que se haya utilizado una cuenta oficial y en el marco de una figura institucional como la presidencia de la Nación coloca el tema bajo competencia federal, según lo establece la jurisprudencia.
La decisión judicial que surja tras el descargo del mandatario podría sentar un precedente clave sobre los límites del discurso público de un presidente en redes sociales, y particularmente sobre el tratamiento de niños y adolescentes en el ámbito político.




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