Las petroleras argentinas preparan un aumento del 5% en los
precios de la nafta y el gasoil para los próximos días, probablemente la semana
que viene. Es por la suba del petróleo en el mundo, luego del estallido de la
guerra entre Israel e Irán.
"La volatilidad es muy alta y queremos ver cómo se
desenvuelve el mercado en los próximos días. El atraso en los precios de los
combustibles es de entre el 15% y el 18%, según su variedad", contestó a
Clarín un ejecutivo top del mercado de refinación.
El directivo de otra empresa planteó: "Vamos a subir un
5%. No podemos esperar más, no nos dan los márgenes".
Y en otra compañía sumaron ante Clarín que están analizando
"en profundidad cuándo, cómo y cuánto" incrementar los precios de la
nafta y el gasoil. La noticia fue revelada por el portal EconoJournal y
confirmada por este medio con distintos directivos empresarios.
"A diferencia de los movimientos de precios a los que
venimos acostumbrados (mensuales y con porcentajes relativamente bajos, al alza
y a la baja), esta vez el aumento que habría que hacer es significativo, con un
mínimo del 15%. Es mucho para hacerlo en un paso, por lo que seguramente habrá
un sendero, que empezará pronto y delineará una frecuencia de alzas del
combustible mayor a la habitual", explicaron en una de esas firmas.
Suba de la nafta, ¿impacto en la inflación?
Así, la situación mundial complica el plan del Gobierno para
la desaceleración de la inflación. En efecto, las bajas de entre 2% y 8% en los
precios de la nafta y el gasoil contribuyeron a que el índice de precios de
mayo se ubicara en 1,5% y perforara por primera vez durante la era de Javier
Milei y Luis Caputo el piso del 2% mensual.
Pero desde que comenzó junio, el petróleo crudo trepó más de
20%, desde los 63 dólares por barril en el Mar del Norte (Brent, que es la
referencia para Argentina) hasta US$ 77.
De acuerdo a Sebastián Menescaldi, director asociado de la
consultora EcoGo, la nafta es el segundo componente que más incide sobre la
canasta de precios que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(Indec), solo por detrás de la carne. Para Claudio Caprarulo, director de
Analytica, por cada 10% que sube la nafta, aumenta 0,42 puntos porcentuales la
inflación.
En este sentido, un incremento inicial de 5% en los
combustibles tendría un impacto en torno a 0,21% en la inflación.
Durante 2025, los precios de los combustibles de YPF en la
Ciudad de Buenos Aires tuvieron ajustes de entre 0,5% en el gasoil premium y el
7% en la nafta súper, mientras la inflación acumuló durante los primeros cinco
meses del año 13,3%. Es decir, los combustibles se abarataron
"relativamente" contra otros bienes y servicios de la economía.
La brecha de YPF con sus competidores -Axion y Raízen
(Shell), principalmente- se amplió significativamente en este período a entre
6% y 8%, ya que los privados incrementaron sus valores en mayor proporción para
aprovechar condiciones de mercado.
Por otro lado, el aumento de los precios del petróleo crudo
puede ser un alivio macroeconómico en la Argentina. Es que por cada dólar que
sube el crudo, la balanza comercial energética gana US$ 80 millones en un año,
teniendo en cuenta que las exportaciones suman unos 220.000 barriles por día.
Los dólares de Vaca Muerta están sosteniendo la demanda de
divisas de los argentinos para viajar a Miami y Europa.
El petróleo, un precio atado a Trump e Irán
Los empresarios petroleros no siguen permanentemente en sus
pantallas el precio internacional del crudo, en una industria donde las
inversiones tienen un ciclo de vida de 30 años.
En YPF, por ejemplo, creen que el precio de largo plazo
tiende a 70 dólares por barril, ya que por debajo de ese valor los países
productores en Medio Oriente caen en déficit fiscal, mientras que en Estados
Unidos las petroleras ralentizan su actividad en el shale oil.
Vaca Muerta puede ser rentable a partir de los US$ 45. A
partir de los US$ 70, las petroleras que operan en la Argentina ganan
"mucho dinero", principalmente con las exportaciones.
Marcos Bulgheroni, group CEO de Pan American Energy (PAE),
pronosticó a principios de este mes que se venía un período de precios bajos en
el sector. Hace apenas dos semanas y media el crudo estaba 13 dólares más
barato; proyectado en un año, son casi US$ 1.000 millones más de exportaciones
argentinas.
Por eso es que no se pueden proyectar a largo plazo con
certeza los precios de un commodity tan volátil como el del petróleo. A inicios
de 2025 el crudo cotizaba a US$ 72,50, pero 15 días después, antes de la
asunción de Donald Trump tocó el máximo anual de US$ 82. Entonces, la
Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) proyectó un
barril a US$ 74 promedio para este año y a US$ 66 en 2026.
En mayo, después de los aranceles a las importaciones que
impuso Trump y la decisión de la OPEP+ de incrementar la producción, el
petróleo cayó a un mínimo de US$ 59, y desde entonces rebotó. La guerra de
Israel con Irán hizo disparar el precio. Pero todo en esta industria es
efímero.




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