Polémica por el uso de pasajes oficiales: denuncian a Berni y Propato por abusar de beneficios del Congreso

Una nueva polémica salpica al matrimonio conformado por la diputada nacional Agustina Propato y el senador provincial Sergio Berni. Según reveló una investigación publicada por el diario Clarín, ambos habrían utilizado de forma abusiva los pasajes aéreos gratuitos que otorga el Congreso de la Nación para realizar múltiples viajes personales, principalmente con destino a Bariloche, donde poseen propiedades valuadas en cifras millonarias.

Los registros indican que en lo que va de 2025, Berni habría utilizado al menos 29 pasajes oficiales —28 con destino a Bariloche y uno a El Calafate—, mientras que Propato solicitó al menos 60 tramos aéreos, la mayoría también hacia la ciudad rionegrina. Parte de estos pasajes habrían sido utilizados por su hijo, familiares, e incluso por su empleada doméstica, según la investigación periodística.

Cabe recordar que Propato representa a la provincia de Buenos Aires en el Congreso, al igual que Berni en el Senado bonaerense, lo que genera dudas razonables sobre el vínculo entre estos viajes y el ejercicio de sus funciones públicas. Las reiteradas visitas a Bariloche no se condicen con necesidades de representación legislativa, sino que estarían asociadas a actividades privadas.

La defensa del exministro de Seguridad no tardó en llegar. Berni argumentó: “Soy el principal asesor de Agustina y vivo prácticamente en Bariloche. Los pasajes son parte de lo que recibe un diputado y se los da a quien quiere. ¿Hay algo ilegal en esto? Absolutamente nada”.

El debate gira, entonces, en torno al uso ético de los recursos del Estado. Si bien el reglamento permite a los diputados disponer de pasajes innominados, su utilización para fines personales genera cuestionamientos sobre los límites de estos beneficios. Desde la Oficina de Transparencia de la Cámara de Diputados, su titular Lorena Franco explicó que “se trata de un mecanismo autorizado por la normativa vigente”, aunque su respuesta dejó más dudas que certezas sobre el control real del sistema.

Esta situación vuelve a poner en foco el régimen de movilidad parlamentaria, criticado en múltiples ocasiones por su falta de transparencia y el amplio margen que otorga para usos discrecionales. El caso expone no solo a sus protagonistas, sino también a un esquema institucional que habilita estos privilegios sin exigir una justificación clara ni un control riguroso.