Pese a que su dueño Jorge Castillo sigue preso, acusado de
asociación ilícita y evasión fiscal, la Justicia levantó la clausura de La
Salada, la feria más grande de Sudamérica ubicada en Ingeniero Budge, Lomas de
Zamora.
Según un documento de la Secretaría de Comercio de Estados
Unidos, que retoma Noticias Argentinas la Salada forma parte de los mercados
más importantes de falsificación y piratería del mundo. En una de sus partes,
ese informe advierte que en los últimos años se masificaron los tours de
compras desde Brasil y Uruguay para realizar transacciones en ese predio.
Así todo, La Salada es trabajo. Se estima que hay 48 mil
feriantes que venden sus productos en ese lugar, que cuenta con tres paseos de
compras. En esos puestos, asegura el sindicato de Trabajadores de Ferias “unas
150 mil personas tienen empleo”.
Para volver a funcionar, la feria -fundada en 1992 por
inmigrantes bolivianos y que tuvo un crecimiento exponencial durante las
últimas tres décadas- deberá cumplir estrictas condiciones.
De acuerdo con la resolución del juez Luis Armella, los
vendedores que pretendan comerciar en algún lugar de las veinte hectáreas
conformadas por los paseos de compra Urkupiña, Ocean y Punta Mogote, deberán
cumplir varias medidas, y además tendrá que haber un veedor judicial, de la
Municipalidad y de ARCA.
Entre otras cosas, se exigirá la registración del personal,
el blanqueo de cada venta y del contrato para acceder al puesto y la
instalación de un sistema o de una aplicación para que toda la recaudación se
realice mediante un sistema bancarizado, evitando el uso de dinero en efectivo.




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