Un nuevo caso fatal encendió las alarmas en el sistema de salud. Un paciente que recibió fentanilo contaminado en un hospital de Balcarce murió en las últimas horas, y con él ya son 34 las víctimas fatales vinculadas al brote por medicamentos adulterados que se investiga desde hace semanas.
La información fue confirmada por el Ministerio de Salud de
la Nación y elevó la cantidad de casos reportados: 54 confirmados y 69 bajo
observación, todos con síntomas compatibles con infecciones graves tras recibir
anestesia con fentanilo.
El paciente fallecido fue atendido en un centro de salud
público, donde se detectó la presencia de las bacterias Klebsiella pneumoniae y
Ralstonia pickettii, los mismos gérmenes encontrados en otros casos, como los
del Hospital Italiano de La Plata, que fue uno de los focos iniciales del
brote.
La causa judicial, a cargo del juez federal Ernesto Kreplak,
sigue su curso con una nueva tanda de operativos que abarcaron droguerías y depósitos
en al menos seis localidades, entre ellas San Isidro, Rosario, Ramallo,
Sunchales y Ciudad de Buenos Aires.
El objetivo es reconstruir el camino que hicieron los
medicamentos antes de llegar a los hospitales, y definir responsabilidades. El
foco sigue puesto en dos laboratorios: HLB Pharma Group y Ramallo, ambos
sospechados de haber producido o distribuido ampollas contaminadas del opioide.
En los procedimientos se secuestraron documentos,
computadoras y muestras que están siendo analizadas por peritos de la Policía
Federal y expertos de la salud en el Insituto Malbrán.
Alerta sanitaria nacional: qué medidas se tomaron
Como respuesta, la ANMAT ordenó el retiro preventivo de
todos los productos fabricados por HLB Pharma, no solo del fentanilo, sino
también de otras drogas inyectables. La medida incluye la suspensión de
comercialización, distribución y uso en todo el país.
Los hospitales recibieron además la instrucción de
inmovilizar cualquier ampolla de HLB o Ramallo, aunque no esté incluida en el
lote 31202, que fue el primero en ser detectado como contaminado. Las
autoridades no descartan que haya más partidas comprometidas.
El laboratorio ya había sido sancionado por irregularidades
en el pasado, incluso cuando operaba bajo el nombre de Laboratorio Apolo. Sus
dueños, Ariel García Furfaro y Jorge Salinas, tienen un historial de denuncias
por fallas de control, faltas en la trazabilidad y hasta falsificación de
medicamentos, según consta en informes previos de la ANMAT.
Los investigadores intentan determinar si hubo
responsabilidad penal en la cadena de producción y distribución. No se descarta
que en las próximas semanas haya imputaciones formales a directivos o
responsables técnicos de las empresas involucradas.




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