El Consejo Honorario Asesor del Río Salado exhortó al Gobierno de Javier Milei “a reactivar de manera inmediata” el dragado de ese río en su Tramo IV. 2, así como a comprometerse activamente para continuar con el conjunto de trabajos que incluyen las imprescindibles obras complementarias previstas en el Plan Maestro Integral, iniciado hace ya más de 20 años”.
Según el ente, el tramo paralizado es estratégico para
evitar inundaciones en la provincia de Buenos Aires, comprendiendo 30
kilómetros entre Roque Pérez y el puente que une 25 de Mayo con Lobos, que
genera un cuello de botella crítico para la salida del agua.
Aunque el Gobierno nacional había calificado las obras del
Salado como “prioritarias”, desde finales del año pasado los pagos comenzaron a
demorarse, provocando la detención total del trabajo.
“Acertadamente, fue calificado como prioritario hace menos
de un año por la Subsecretaría de Recursos Hídricos (de la Secretaría de Obras
Públicas de la Nación), así como al compromiso para con la prosecución integral
del Plan Maestro junto a la provincia de Buenos Aires, incluyendo las
imprescindibles obras complementarias en los cauces afluentes del Salado, sin
las cuales el proyecto no cumplirá su preciado objetivo, relacionado a la
prevención y/o mitigación de inundaciones en la amplia cuenca del río”, dijo la
entidad.
El Consejo, integrado por representantes de Coninagro,
Sociedad Rural Argentina (SRA), Federación Agraria Argentina (FAA), Unión
Industrial Argentina (UIA) y la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos
Aires y La Pampa (Carbap), puso el ojo hace tiempo en esta obra.
En el comunicado recordó que “la paralización de la
mencionada etapa, que de hecho ya era evidente hacia fines del año último, fue
formalizada a mediados de marzo pasado, mediante la modalidad administrativa de
neutralización, por un plazo de 60 días”.
“El impacto de la paralización de un solo tramo, como el IV.
2, va más allá del mismo, pues retarda y afecta también el desarrollo de todo
un conjunto de obras largamente esperadas por comunidades del interior que, de
manera recurrente, sufren los azotes de las inundaciones que el Plan Maestro
Integral apunta a prevenir o mitigar”, añadieron.
Al respecto, sostuvieron que “el Estado nacional no puede
postergar ni desentenderse del destino del Plan Maestro”. Entre otros
fundamentos, recordaron que es sabido que “los avances del Plan Maestro
impactarán favorablemente en las cuentas fiscales del Estado nacional como
beneficiario de la tasa de retorno de la inversión en obra pública”.
Por último, destacaron que “la Cuenca del Salado por sí
misma explica del 25% al 30% de la producción agrícola y ganadera de la
Argentina, sin olvidar al resto de las incontables actividades económicas y
sociales que en la misma padecen de manera reiterada las graves inundaciones”.
“Estos efectos se extienden también a la infraestructura
vial así como al acceso a servicios esenciales, entre otras lamentables
consecuencias, y conspiran contra el arraigo en las comunidades rurales y el
desarrollo de esa gran región del interior”, finalizaron.




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