Mientras los rescatistas y bomberos continúan trabajando para rescatar a las cinco personas que permanecen desparecidas en el Apart Hotel Dubrovnik de Villa Gesell, la justicia detuvo a un arquitecto vinculado a una de las obras que se estaban realizando en el edificio.
Las horas pasan y el trabajo de los
especialistas no cesa. De manera paralela, la fiscal Verónica Zamboni, titular
de la Fiscalía N° 6 de Villa Gesell, solicitó al Juzgado de Garantías N° 6 del
Departamento Judicial de Dolores la detención del arquitecto Jorge Enrique
Bonavita (55), a cargo de una de las obras de remodelación que se estaban
haciendo al momento de la tragedia.
“Es un arquitecto de General Madariaga.
Los obreros lo vieron dando órdenes y trabajando en el hotel”, aseguró una fuente con acceso a la causa.
La fiscal también solicitó un
allanamiento en su vivienda donde la policía secuestró documentación y
teléfonos celulares que pueden ser de interés para la causa.
Zamboni estableció que Bonavita no
estaría autorizado ni había solicitado los permisos correspondientes para la
obra que estaban realizando en el edificio como director de la misma.
Dos de los testimonios que la fiscal
tomó en cuenta fueron los de Sergio Daniel Paco Laura (33), capataz de la obra;
su padre Celso Paco Pérez (66). Ellos indicaron que Bonavita dirigió la obra
desde julio hasta septiembre, cuando dejó de asistir al edificio y su lugar lo
ocupó una arquitecta.
Sin embargo, el sitio Infobae indica que
las pruebas en la causa muentran que el verdadero control de los planos y el
proyecto habría estado en manos de Bonavita. Las obras habían sido notificadas
con una clausura, ordenada por la Municipalidad de Villa Gesell el 20 de agosto
último. Sin embargo, continuaron.
Así, Zamboni lo acusa de “ejercer
clandestinamente” el control en el lugar “en plena inobservancia de los
reglamentos y ordenanzas municipales vigentes en su labor de arquitecto,
coadyuvando con su accionar negligente e imprudente, y mediando impericia en su
profesión, al posterior derrumbe del Edificio Dubrovnik”, según documentos del
caso a los que accedió Infobae.
La obra era, en teoría, regenteada por
una arquitecta, pero el nuevo detenido “controlaba nuestra obra”, aseguró.
También, se dejaba ver con los dueños del hotel, en una camioneta. Visitó el
lugar por última vez en septiembre, de acuerdo al albañil.
Bonavita quedó a disposición de la
Justicia para ser interrogado como coautor del delito de “estrago culposo
agravado”, que prevé una pena de hasta cinco años de prisión.
Con la detención de Bonavita ya son seis
los apresados en la causa: Paco Laura; Paco Pérez, de nacionalidad boliviana;
Miguel Andrés Choque Juchani (26), con domicilio en Ostende, partido de
Pinamar; Diego Alberto González, oriundo de Tucumán, y Rubén Osvaldo Taquichiri
(30), con domicilio en Ostende, partido de Pinamar
Taquichiri está señalado como otro de
los contratistas a cargo de las remodelaciones que se hacían en el edificio.
Pero no está claro si estaba a cargo de la obra en el ascensor, en el frente, o
de las refacciones en la zona posterior, la que terminó cediendo.
Las hipótesis
Desde el momento del derrumbe,
comenzaron a investigar los permisos de obra y expedientes vinculados al
edificio de 10 pisos emplazado sobre la avenida 1 al 200, a metros del cruce
con la avenida Buenos Aires, a unas dos cuadras de la playa y del centro de la
ciudad balnearia.
Según la declaración de especialistas y
de actas que fueron incorporadas al expediente, la Justicia evalúa como una de
las principales hipótesis que el edificio tenía “un problema estructural de
vieja data desde los cimientos”.
Una fuente judicial indicó a Clarín que,
si bien es un informe provisorio, los especialistas observaron indicios en el
edificio como por ejemplo rajaduras y problemas en los cimientos.
“A esto se sumaron dos obras conjuntas
con maquinaria pesada, gente trabajando y peso sobre el lugar, lo que provocó
que colapsara”, añadió la fuente consultada.
De la investigación surgió que dentro
del Hotel Dubrovnik se establan realizando dos reparaciones en paralelo, con
diferentes arquitectos que no tenían vinculación entre sí.
Una de las obras estaba abocada a la
zona donde querían instalar un ascensor, que es la parte delantera del hotel
que no sufrió daños por el derrumbe. El otro trabajo que se estaba realizando
en el mismo momento eran unas refacciones “supuestamente menores” en la zona
donde ocurrió la tragedia.
“Había dos obras trabajando
simultáneamente con arquitectas independientes. Por esa razón es que hay dos
obreros y capataces independientes”, explicó a este medio una fuente vinculada
al expediente.
Con información de Clarín e Infobae
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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